NO ME ABANDONES, DIOS MIO.
Señor, oye la voz con que a ti clamo,
escucha, por piedad.
Mi corazón de ti me habla diciendo:
“Procura ver su faz”.
Es tu rostro, Señor, lo que yo busco,
no me escondas tu cara.
Con enojo a tu siervo no rechaces;
eres tú mi defensa,
¡no me abandones, no me dejes solo,
mi Dios y Salvador!”
La bondad del Señor espero ver
en la tierra de los vivientes.
Confía en el Señor, ¡ánimo, arriba!,
espera en el Señor.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México