SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA SUPLICA.
Escuha mi grito, Señor, atiende a mis clamores, presta atención a mi plegaria pues no hay engaño en mis labios.
Dicta tú mi sentencia, pues tus ojos ven lo que es recto.
Puedes escudriñar mi corazón
o visitarme de noche, o probarme en el crisol, no hallarás crimen en mí.
A ti te llamo, oh Dios, esperando tu respuesta; inclina a mí tu oído y escucha mi ruego.
Renueva tus bondades, tú que salvas del agresor a los que se refugian bajo tu diestra.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea eucarística. México