El grito de independencia que grita: “Iniciativa de cambio”
Por Genaro Valdivia.
Estamos celebrando el grito de independencia de México, nuestras gargantas enronquecieron al ¡viva!, ¡viva!, que hermoso es ver a la gente unida, a los mexicanos en una sola voz gritar esa mismas palabras que hace 200 años fueron proclamadas, después estas mismas llevaron a una revolución, a reorientar la esencia de la independencia, el no tener el yugo sobre nuestras cabezas, y Dios suscitó hombres para que se diera una revolución con lemas de cada uno de sus caudillos, pero una resuena todavía: “tierra y libertad”.
El anterior tema que el Episcopado mexicano escribió con cariño para ser meditado por los mexicanos, hablaba de esa libertad expresa en 1910, los temas son 8 que hacen memoria del ruego por nuestra patria para que haya paz, hoy es necesario recuperar la tierra, recuperar los valores que se han ennegrecido en nuestro corazón, no como territorio, ni sentimientos sino más bien recuperar la gracia de ser mexicano, de sentirse feliz de pisar el suelo mexicano de vivir los valores que hacen grande al hombre, de cuidar con cariño y amor la tierra que nos mantiene en alimentos, que nos cobija, que nos brinda un techo, que nos ha visto llorar, sufrir, y ha sentido el sudor cuando cae a ella misma por el esfuerzo y trabajo de cada mexicano; un reto es “buscar esa Iniciativa”
Se han creado y lanzado campañas de iniciativas de varios aspectos de interés, pero no de recuperar la esencia filial de ser mexicano, la comunión entre hombre y tierra, la gravedad que nos atrae a ella y pone firmes nuestros píes, una intimidad que sea capaz de decir: “si muero lejos de ti, que me traigan a ti”, esa iniciativa de buscar mecanismos, instrumentos que nos lleven a tenerle amor a la tierra y si llevan a tener amor a la tierra es de intuir que nos llevaran al amor entre los mexicanos, a la unión, trabajar para construir la tierra nueva del mexicano, los valores que llevan a la perfección del hombre, a la comunión de la grandeza de un pueblo que respeta a los pueblos hermanos, hoy los mexicanos gritamos “iniciativa de cambio”, promover la calidad del mexicano será una tarea ardua para todos.
A continuación se cita tal cual se ha elaborado el segundo tema del Episcopado mexicano que tiene como título: Iniciativa.
TEMA 2: INICIATIVA:
Un proceso nunca acabado
OBJETIVO: Nuestra conciencia de mexicanos nos ha de llevar a celebrar estos grandes aniversarios de la Independencia y de la Revolución, revisando nuestras actitudes de iniciativa y creatividad, con las que hoy queremos seguir continuando una obra iniciada por antecesores nuestros, que hoy reconocemos como héroes de la patria.
NUESTRA EXPERIENCIA
Alguien define la Iniciativa como la capacidad de anticiparse a los demás, adelantarse a la competencia e idear las soluciones más imaginativas e innovadoras para dar inicio a algo nuevo.
¿Hasta cuándo y cómo vamos a ser un verdadero pueblo que viva en la verdadera independencia? ¿Qué nos impide serlo?, ¿Qué significa para ti, ser una persona de INICIATIVA? ¿Te consideras una persona con iniciativa, con creatividad?, ¿qué características crees que pueda tener una persona así?
Leamos esta historia que podemos llamar La carta a García y saquemos algunas reflexiones:
Sucedió que cuando hubo estallado la guerra entre España y los Estados Unidos, se palpó clara la necesidad de un entendimiento inmediato entre el Presidente de la Unión Americana y el General Calixto García. Pero, ¿cómo hacerlo? Se hallaba García en esos momentos Dios sabe dónde en alguna serranía perdida en el interior de la Isla de Cuba. Y era precisa su colaboración. Pero, ¿cómo
hacer llegar a sus manos un despacho? ¿Qué hacer? Alguien dice al Presidente: “Conozco a un hombre llamado Rowan. Si alguna persona en el mundo es capaz de dar con García es él: Rowan”. El sujeto que lleva por nombre Rowan toma la carta, la guarda en una bolsa que cierra contra su corazón, desembarca a los cuatro días en las costas de Cuba, desaparece en la selva primitiva para reaparecer de nuevo a las tres semanas al otro extremo de la Isla, cruzando un territorio hostil, y entrega la carta a García, son cosas de las cuales no tengo especial interés narrar aquí. El punto sobre el cual quiero llamar la atención es éste: “McKinley da a Rowan una carta para que la lleve a García. Rowan toma la carta y no pregunta: ¿en dónde podré encontrarlo?”.
¡Por Dios vivo!, que aquí hay un hombre cuya estatua debería ser vaciada en bronces eternos y colocada en cada uno de los colegios del universo. Porque lo que debe enseñarse a los jóvenes no es esto o lo de más allá; sino vigorizar, templar su ser íntegro para el deber, enseñarlos a obrar prontamente, a concentrar sus energías, a hacer las cosas, “a llevar la carta a García”.
El General García ya no existe. Pero hay muchos Garcías en el mundo. Qué desaliento no habrá sentido todo hombre de empresa, que necesita de la colaboración de muchos, que no se haya quedado alguna vez estupefacto ante la imbecilidad del común de los hombres, ante su abulia, ante su falta de energía para llevar a término la ejecución de un acto.
Descuido culpable, trabajo mediocre, flojera, indiferencia, parecen ser la regla general. Y sin embargo no se puede tener éxito, si no se logra por uno u otro medio la colaboración completa de los subalternos, a menos que Dios en su bondad, obre un milagro y envíe un ángel iluminador como ayudante.
El lector puede poner a prueba mis palabras: llame a uno de los muchos empleados que trabajan a sus órdenes y dígale: “Consulte usted la Enciclopedia y hágame el favor de sacar un extracto de la vida de Virgilio”. ¿Cree usted que su ayudante le dirá: “sí señor”, y ponga manos a la obra? Pues no lo crea. Le lanzará una mirada vaga y le harán una o varias de las siguientes preguntas:
*¿Quién era él?
*¿En qué Enciclopedia busco eso?
*¿Está usted seguro de que esto está entre mis deberes?
*¿Por qué no ponemos a otro a que busque eso?* ¿Necesita usted de ello con urgencia?
*¿Quiere que le traiga el libro para que usted mismo busque allí lo que necesita?
Puede suceder que yo pierda mi apuesta, pero si la ley de los promedios es cierta, no la perderé. Y si usted es un hombre cuerdo no se tomará el trabajo de explicarle a su ayudante que Virgilio se busca en la V y no en la B; se sonreirá usted y suavemente le dirá: “dejemos eso”. Y buscará usted personalmente lo que necesita averiguar. Y esta incapacidad para la acción independiente, esta estupidez moral, esta atrofia de la voluntad, esta mala gana para remover por sí mismo los obstáculos, es lo que retarda el bienestar colectivo de la
sociedad. Y si los hombres no obran en su provecho personal, ¿qué harán cuando el beneficio de su esfuerzo sea para todos? ¿Podrían tales gentes llevar la carta a García?
¿Cómo aplicar esta historia a nuestra vida en el trabajo, en nuestra familia y en todos los
ámbitos de nuestra vida?
NUESTRA VIVENCIA DE FE
A partir de este texto (Ex 3,1-13) podemos ver el sufrimiento del pueblo de Israel, el cual puede ser identificado con nuestro pueblo. Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Dijo, pues, Moisés: “Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza”. Cuando vio Yahveh que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza,
diciendo: “¡Moisés, Moisés!” El respondió: “Heme aquí.” Le dijo: “No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada.” Y añadió: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. Dijo Yahveh: “Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su
clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.” Dijo Moisés a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?” Respondió: “Yo estaré contigo y esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte.”
Contestó Moisés a Dios: “Si voy a los israelitas y les digo: “El Dios de los padres de ustedes me ha enviado a vosotros”; cuando me pregunten: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé?”. Dios toma el compromiso de salvar a su pueblo y se adelanta en la iniciativa, involucrando a Moisés en esta nada fácil aventura.
Los obispos nos dicen en su CARTA PASTORAL “CONMEMORAR NUESTRA HISTORIA DESDE LA FE:
“Cristo, el Verbo Encarnado, mediante su Misterio Pascual, ha sido constituido Señor absoluto de la historia humana. Todo cuanto sucede, sin excepción alguna, se encuentra orientado hacia su acción salvífica, pies “la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro”. Éltiene y Él pronunciará la última palabra de la historia en el juicio universal. Palabra salvífica ciertamente” (53). La visión cristiana de la historia parte del misterio de la encarnación del Verbo por el cual el tiempo es ya una dimensión de Dios, y toda historia humana es una historia sagrada. Por eso, más allá de los hechos burdos, hemos de saber leer la gramática de Dios y descubrir su mano providente que rige la vida de los hombres y el caminar de la Iglesia al unísono de nuestra Nación. El estandarte de Santa María de Guadalupe ha ondeado en todas las luchas y momentos significativos de la historia del pueblo mexicano y ha sido signo de la voluntad de acompañamiento de la Iglesia a la Nación.
NUESTRO COMPROMISO
ACTUAMOS
¿Qué nos ha dejado esta reflexión, qué lección podemos aprender? De la primera historia, de la actitud de Dios ante el pueblo de Israel, de Moisés, de tantos santos; y hoy podemos también decir, de todas esas personas, hombres y mujeres que lucharon para darnos una patria mejor, todos esos héroes conocidos y anónimos que se atrevieron a dar el primer paso para la búsqueda de algo mejor. ¿Qué podemos encontrar de común a todos ellos? Podemos sacar algunos rasgos de lo que significa ser una persona de iniciativa y revisar y encaminar por aquí nuestro compromiso: Una persona con iniciativa es la que siente Pasión por lo que hace, y busca salir adelante, ama lo que hace (su trabajo, estudio etc.) y demuestra un especial interés por las personas, por la vida, son las que decimos, sabe vivir. Es Entusiasta, es decir, siempre tiene buen ánimo y ganas de trabajar, siempre le pone humor a lo que hace, es optimista, no se deja derrotar por los fracasos, ni condicionar por el ambiente.
Tiene Audacia, para lograr lo que quiere. Se atreve a intentarlo siempre, no pone pretextos, no lo deprimen las circunstancias. Tiene Imaginación y creatividad, para buscar siempre la mejor idea o la mejor solución a los problemas o situaciones de la vida. Por eso es un buscador siempre de nuevos y mejores
proyectos.
Permite Innovar y cambiar, lo que debe renovarse, no está casado con el pasado, sino que aprende de él para vivir el presente con imaginación y responsabilidad, en vistas de un mejor futuro.
CELEBRAMOS
Agradezcamos a nuestro Padre Dios y a nuestra Madre Santísima de Guadalupe, la patrona de nuestra libertad, por haber nacido en este maravilloso país, donde quiso nuestra Madre poner su morada entre nosotros. Hagamos peticiones espontáneas, con la intención de orar por cada uno de los mexicanos y mexicanas, del bosque y del cerro, de la playa y del desierto, de la ciudad y del campo, mestizos e indígenas, pobres y ricos, ¡todos somos hermanos! y ¡todos somos hijos del mismo Padre celestial! y ¡todos somos hijos de Santa María de Guadalupe! Terminemos con el canto: Desde el cielo una hermosa mañana…la
Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana bajo al Tepeyac… Virgencita de Guadalupe, cuida nuestra patria, llévanos a que cada uno seamos portadores de tu mensaje como San Juan Diego, para construir una Patria mejor donde vivamos como hermanos. AMEN.