¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet,
¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse!
¿Qué le queda al hombre de todas sus fatigas
cuando trabaja tanto bajo el sol?
Una generación se va y viene la otra;
pero la tierra permanece siempre.
El sol sale, el sol se pone,
y no piensa más que en salir de nuevo.
Va el viento hacia el sur, y luego gira al norte,
y girando y girando, vuelve sobre sus giros.
Todos los ríos van al mar
y el mar jamás se llena;
por los mismos cauces que veían sus caudales
ha pasado de nuevo su curso.
Hay mucho que decir, uno se cansaría de tanto hablar;
El ojo no terminará de ver,
el oído nunca terminará de oír,
pero lo que pasará es lo que ya pasó,
y todo lo que se hará ha sido ya hecho.
¡No hay nada nuevo bajo el sol!
Si algo sucede y te dicen:
“¡Mira, esto es nuevo!”
no es así; las cosas que observan nuestros ojos
ya pasaron en los siglos anteriores.
Nadie se acuerda de las cosas de antaño:
será lo mismo con los asuntos actuales,
y de todo lo que pueda ocurrir en el futuro
un día nadie más se acordará.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México