Siguiendo con mis advertencias, no los puedo alabar por sus reuniones, pues son más para mal que para bien.
En primer lugar, según me dicen, cuando se reúnen como Iglesia, se notan divisiones entre ustedes, y en parte lo creo.
Incluso tendrá que haber partidos, para que así se vea con claridad con quién se puede contar.
Ustedes, pues, se reúnen, pero ya no es comer la Cena del Señor,
pues cada uno empieza sin más a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga.
¿No tienen sus casas para comer y beber? ¿O es que desprecian a la Iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Tendré que aprobarlos? En esto no.
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan
y, después de dar gracias, lo partió diciendo: “Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.
De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
1Co 11:26 Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga.