EL SEÑOR NO ABANDONA AL QUE LO BUSCA.
Pero el Señor reina para siempre y establece su trono para el juicio.
Gobernará la tierra con justicia y juzgará con rectitud a las naciones.
El Señor es un bastión para el oprimido, un refugio para los tiempos de angustia.
Que en ti confíen los que veneran tu nombre, porque no abandonas, Señor, a los que te buscan.
Canten al Señor, que mora en Sión, y publiquen entre los pueblos sus hazañas.
Pues pide cuentas por la sangre vertida, se acuerda de los oprimidos y no olvida su clamor.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México