En está primera Unidad, Carlos Mesters de manera contextual muestra el estado real de aquel tiempo del pueblo de Israel, analizado a la realidad nuestra para entender la biblia, está unidad contiene: 1. Situación del pueblo cuando Dios lo llamo para salir de Egipto
a. La invasión de los extranjeros
b. El sistema de dominación
c. La situación del pueblo oprimido
d. La religión como instrumento de dominación
Biblia y Vida
Interpretar la Biblia sin mirar la realidad de la vida del pueblo de ayer y de hoy es lo mismo que mantener la sal fuera de la comida, la semilla fuera de la tierra, la luz debajo de la mesa.
¿Por qué la realidad de la vida es tan importante para que la gente pueda entender la Biblia? Es porque la Biblia no es el primer libro que Dios escribió para nosotros, ni el más importante. El primer libro es la naturaleza, creada por la Palabra de Dios; son los hechos, los acontecimientos, la historia, todo lo que existe y sucede en la vida del pueblo; es la realidad que nos envuelve; es la vida que vivimos. Dios quiere comunicarse con nosotros a través del libro de la vida. Por medio de ella Dios nos transmite su mensaje de amor y de justicia.
Pero nosotros, hombres y mujeres, con nuestros pecados organizamos el mundo de tal manera y creamos una sociedad tan torcida que ya no es posible darnos cuenta del llamado de Dios encerrado dentro de la vida que vivimos. Por eso Dios escribió un segundo libro: la Biblia.
Sí, este segundo libro no vino a sustituir al primero. La Biblia no vino a quitarle su lugar a la vida. ¡Todo lo contrario! La Biblia fue escrita para ayudarnos a entender mejor el sentido de la vida y a percibir más claramente la presencia de la Palabra de Dios dentro de nuestra realidad.
San Agustín resumió todo esto de la siguiente manera: La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrita para ayudarnos a “descifrar el mundo”, para devolvernos la “mirada de la fe y de la contemplación”, y para “transformar toda la realidad en una gran revelación de Dios”.
Por eso, quien lee y estudia la Biblia, pero no mira la realidad del pueblo de ayer y de hoy, es infiel a la Palabra de Dios y no imita a Jesucristo.
En este librito vamos a ver de cerca el Proyecto de Dios tal como aparece en la Biblia. Para que este estudio pueda traer el resultado que de él esperamos, es necesario tener presente la situación en que vive nuestro pueblo de hoy, y es necesario ver de cerca también cuál era la situación en que vivía el pueblo de la Biblia cuando Dios lo llamó para realizar su “Proyecto”.
1. Situación del pueblo cuando Dios lo llamó para salir de Egipto
¿Cuáles eran las condiciones de vida del pueblo cuando Dios comenzó a preocuparse de él? La gente sabe que el comienzo de la historia narrada en la Biblia sucedió entre el año 1800 y 1200 antes de Cristo, allá en Canaán. Fue con Abrahán, y después con Moisés, cuando nació una nueva conciencia y una nueva manera de vivir la vida humana. Ello constituyó la semilla de un largo caminar.
Esta semilla fue creciendo poco a poco. El resultado de ello es la Biblia que hoy tenemos, que se escribió a lo largo de más de mil años. ¿Cuál era la situación del pueblo a los comienzos de esta caminata, y cómo esta situación del pueblo influyó en el llamado que Dios dirigía a su pueblo?
Cuando Abrahán y sus descendientes caminaban por Canaán en busca de un pedazo de tierra, intentando formar un nuevo pueblo y anhelando una vida un poco más bendecida (ver Gén 12,1-4), y al mismo tiempo sus descendientes gemían en la esclavitud de Egipto, la situación económica, social, política y religiosa de entonces era la siguiente:
a. La invasión de los extranjeros
En Canaán, unas pocas familias, llegadas del exterior, llamadas hiksos, consiguieron establecer sus dominios sobre los moradores de aquella tierra. Hiksos quiere decir dominadores de tierras extranjeras. Los hiksos poseían una tecnología más avanzada y usaban armas más modernas, como por ejemplo carros de hierro tirados por caballos. Los antiguos moradores de Canaán estaban obligados a continuar trabajando la tierra y a entregar el excedente de su producción a los hiksos. Estos crecieron así en poder económico e intentaron fortalecer su posición a través de una nueva organización política. El resultado fue que desde el año 1800 a.C. Canaán quedó dividida en pequeñas Ciudades-Estados, independientes entre sí y gobernadas por familias más ricas, asociadas a los hiksos.
Los hiksos continuaron su marcha para el sur y consiguieron ocupar el norte de Egipto. De ahí continuaban ejerciendo su dominio sobre Canaán a través de la estructura política por ellos mismos establecida. Aun después que los hiksos fueron expulsados de Egipto, esta misma estructura de dominación continuó existiendo por largo tiempo. Los faraones seguían manteniendo su influencia en la región de Canaán.
b. El sistema de dominación
Las Ciudades-Estados de Canaán se fortalecían. Rivales entre sí, tuvieron que defenderse la una de la otra con la construcción de mura llas enormes, encontradas hoy por los arqueólogos. Para poder mantener su dominio por la fuerza, cada Ciudad-Estado fue creando su pequeño ejército estable de mercenarios, un grupo de recaudadores para cobrar los impuestos, una administración para poder gobernar, un grupo de artesanos para el arreglo de los arreos de los caballos. Se creó así un sistema que, por su propia naturaleza, exigía gastos cada vez mayores: pagar la construcción de las murallas, de los palacios, de los almacenes; pagar a los soldados merce narios; pagar las guerras y las consecuencias de la guerra… Las familias se declaraban propietarias y daban a sus jefes el título de rey: Los Reyes de Canaán.
Otro factor que influía sobre la vida del pueblo era el imperialismo de Egipto. Egipto era gobernado por los faraones, los cuales tenían intereses comerciales en Canaán. Canaán era el corredor comercial entre Europa, Asia y Africa. A través de incursiones militares los faraones mantenían el dominio sobre los “Reyes de Canaán” y los obligaban a pagar impuestos. En las luchas entre los reyes, los faraones hacían el juego político de apoyar a uno contra el otro y garantizar así su dominio. Y, al fin y al cabo, quienes tenían que pagar las consecuencias de todo eran los campesinos, explotados, oprimidos y fuertemente reprimidos.
Cuando, allá por el año 1500 a.C., el poder central de Egipto comenzó a debilitarse, ello no trajo ningún alivio para los campesinos de Canaán. Al contrario, fue motivo de mayores luchas entre los reyes de Canaán y de mayor inseguridad para el pueblo, que era obligado a buscar protección dentro de las ciudades de los reyes.
c. La situación del pueblo oprimido
El pueblo oprimido del campo se dividía básicamente en tres grupos:
a) Los campesinos, que vivían atados a sus tierras, víctimas de la situación en que nacieron. No era posible para ellos ningún tipo de revuelta en contra de la opresión que soportaban, pues dependían de la tierra para poder vivir.
b) Los criadores de ganado menudo (ovejas y cabras), llamados seminómadas. Ellos no permanecían en ningún sitio fijo. Llevaban consigo el ganado y buscar pasto en cualquier lugar. El deseo de libertad era más vivo entre ellos, pues tenían un pequeño espacio de independencia.
c) Los llamados hapirus. Era gente que se había rebelado, y se habían organizado en grupos armados. Para poder vivir atacaban a los campesinos y seminómadas, o se ponían al servicio de un rey para apoyarlo en la lucha contra otro rey. Abrahán y su descendientes, por lo que todo indica, pertenecían al segundo grupo. Algunos de ellos pertenecían al tercer grupo.
Entre aquel pueblo oprimido iba surgiendo un sentimiento generalizado de revuelta. Había explosiones violentas, seguidas de represiones más violentas aún. Pero no había alternativas. Ni siquiera los hapirus (3° grupo) tenían un proyecto alternativo. Ellos buscaban una salida, pero sin creer que fuera posible cambiar el sistema general de opresión que, desde 1800, esclavizaba al pueblo. La salida que los del tercer grupo encontraban estaba dentro de las posibilidades que el propio sistema ofrecía. Todos estaban presos dentro de la ideología del sistema dominante.
¿Qué significaba esa ideología del sistema dominante? Era la siguiente: todo el sistema era legitimado y justificado por la religión.
d. La religión como instrumento de dominación
Creían en varios dioses: El dios supremo era el dios del faraón de Egipto. Los dioses inferiores eran los dioses de la tierra de Canaán. Así, el cielo no era nada más que un espejo de lo que pasaba en la tierra. La jerarquía entre los dioses legitimaba la sociedad dividida en clases.
La aristocracia dominaba y explotaba a los campesinos. En esa religión, los intérpretes de los dioses, los sacerdotes, eran latifundistas. A ellos les convenía que el sistema no cambiara. El culto era monopolizado por los sacerdotes: el pueblo no tenía acceso a él. El saber era el monopolio de la aristocracia, que mantenía al pueblo en la ignorancia, pues saber leer y escribir en Egipto solo era posible después de largos años de estudio en la “escuela del faraón”. La escritura de Egipto era extremadamente complicada.
En el culto eran recitados los “mitos de la creación”, que confirmaban la situación: así como el mundo todo fue creado, así siempre tendrá que ser siempre. Todo tiene que mantenerse tal como fue creado. Querer cambiar alguna cosa era lo mismo que rebelarse contra los dioses.
Esta era la situación económica, social, política y religiosa del pueblo en el tiempo en que Abrahán caminaba por Canaán y en que Moisés actuaba en Egipto. No había mucha diferencia entre Canaán y Egipto. En los dos países vivía un pueblo oprimido, despedazado por siglos de explotación. No era una raza. Era gente marginada, perdida, desligada de sus tradiciones, venida de diversas razas, pueblos y tribus. Lo que unía al pueblo no era la raza, ni la sangre, sino más bien la opresión, el deseo de tener una tierra que fuese suya y la voluntad de tener una vida más digna.
De esa mezcla de gente pisada y marginada nace un pueblo, el Pueblo de Dios, cuya historia es narrada en la Biblia. ¿Cómo sucedió esto?