El otro día alguien me dijo que el Papa de Roma es el Anticristo. Yo le pregunté: ¿Cómo lo sabe? Y me contestó que eso está en la Biblia. Le dije que la Biblia habla del anticristo pero que no está escrito en ninguna parte que el Papa sea el Anticristo.
El anticristo
Queridos hermanos católicos:
El otro día alguien me dijo que el Papa de Roma es el Anticristo. Yo le pregunté: ¿Cómo lo sabe? Y me contestó que eso está en la Biblia. Le dije que la Biblia habla del anticristo pero que no está escrito en ninguna parte que el Papa sea el Anticristo. «Usted debe leer bien las Escrituras», le dije. Hay gente a la que le gusta hablar del anticristo, hay películas que tratan de este tema. Hay sectas religiosas que anunciaron el nacimiento de este personaje que dicen que todavía está escondido y pronto aparecerá. ¿Qué hay del Anticristo?
Hermanos católicos, no se dejen guiar por fantasías y leyendas. Siempre habrá gente insensata que siembra dudas y mentiras; ellos son hijos del «gran mentiroso». Mejor es que meditemos con serenidad las Escrituras Sagradas y dejemos de lado los rumores y fanatismos, y actitudes hipócritas.
En esta carta les quiero leer y explicar los textos bíblicos que hablan del anticristo: 1 Jn. 2, 18 y 22; 2 Jn. vers. 7.
La palabra anticristo significa «el que está contra Cristo o el malvado». Otros textos nos hablan del «hombre del pecado», «el rebelde», «el sin ley». Todas estas expresiones indican más o menos lo mismo que anticristo.
Textos apocalípticos:
Pero antes de hablar de este tema, les debo explicar algo muy importante para la recta comprensión de los textos que se refieren al anticristo.
Los textos que nos hablan de este tema casi todos fueron escritos en un estilo apocalíptico. ¿Qué quiere decir eso? Esa manera de escribir era muy común en aquel tiempo. Existen muchos libros escritos así, con revelaciones misteriosas. Era una forma de aclarar los acontecimientos de entonces y del fin del tiempo. Esto lo expresaban con visiones ficticias, con imágenes fantásticas y era un juego para los lectores reconocer su propia realidad contada en forma sofisticada.
Generalmente son textos difíciles de comprender, porque el lector de hoy, igual que el de aquel tiempo, debe buscar el significado profundo que está detrás de estas imágenes y visiones. Por supuesto que no podemos tomar estas visiones al pie de la letra.
El gran mensaje de fondo de todos estos textos apocalípticos es el siguiente: «Cristo es el centro de toda la historia; el mundo es el escenario de la lucha entre los elegidos de Cristo (su Iglesia) y las fuerzas del demonio, pero Cristo ya ha vencido al mal, y los cristianos son llamados a dar valientemente su testimonio».
Repito que no debemos tomar al pie de la letra estas visiones e imágenes; ésa no es la intención de los autores sagrados. Siempre debemos buscar el mensaje más profundo que está detrás de estos textos. Así que nadie por falta de conocimiento diga tonterías con la Biblia en la mano.
El Anticristo y los anticristos
Leamos el primer texto (1 Juan 2,18-22): «Hijitos míos, en la última hora, como se les dijo, llegará un Anticristo; pero ya han venido anticristos… Ellos salieron de entre nosotros mismos, aunque realmente no eran de los nuestros (vers. 19) ¿Y quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega a la vez al Padre y al Hijo» (vers. 22).
Hay otro texto muy parecido a éste: 2 Juan vers. 7: «Han venido al mundo muchos seductores que no reconocen a Jesús como el Mesías venido en la carne. Esos son impostores y anticristos».
Estos son los únicos textos que hablan del Anticristo y de los anticristos. Y nos hacen ver que los oyentes de Juan sabían que en vísperas de la venida de Cristo se presentaría un anticristo, que es el hombre que niega a Cristo.
Además dice aquí el apóstol Juan que hay otros anticristos entre ellos; son aquellos que niegan que Jesús sea el Cristo y que Cristo sea Dios igual al Padre. Es lo que pasa en todos los tiempos: hay tantos cristianos infieles de ayer y de hoy que niegan que Cristo sea igual al Padre.
En estos textos el apóstol Juan apunta a todos los anticristos que aparecieron y que aparecerán en la historia.
En Mt. 24, 24 Jesús habla también en este sentido: «Se presentarán falsos cristos y falsos profetas que harán maravillas y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, aun a los mismos elegidos de Dios».
Hermanos, he aquí los textos bíblicos que nos hablan de los anticristos. Son figuras o personajes que representan la encarnación del mal como un poder misterioso en el mundo, y este poder maligno aparecerá especialmente un poco antes de la venida gloriosa de Cristo.
El hombre del pecado. (2 Tes. 2, 3-12)
En este sentido el apóstol Pablo habla del «hombre del pecado». Aunque el apóstol no usa la palabra anticristo, podemos ver en esta expresión claramente esta misma realidad del anticristo.
Pero antes de la segunda venida de Cristo tiene que producirse la gran apostasía (se refiere a una crisis religiosa a escala mundial). Entonces aparecerá «el hombre del pecado», instrumento de las fuerzas de perdición, «el rebelde» que ha de levantarse contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece respeto, llegando hasta poner su trono en el templo de Dios y haciéndose pasar por Dios (vers. 2-4). Al presentarse este «sin-ley», y con el poder de Satanás, hará milagrosas señales y prodigios al servicio de la mentira. Y usará todos los engaños de la maldad en perjuicio de aquellos hombres que han de perderse (vers. 9-10).
En este texto el apóstol Pablo habla «del hombre del pecado», «el rebelde», en el mismo sentido que Juan habla del anticristo. Es la misma figura misteriosa que representa la maldad en el mundo.
El libro del Apocalipsis (Caps. 12, 13 y 17)
Por último leamos estos textos apocalípticos. Nos hablan de varias figuras que simbolizan el poder de Satanás; son las figuras del anticristo o de los anticristos con otro disfraz.
Caps.12 y 13: Aquí se nos habla en una gran visión de las últimas batallas contra Satanás. Se presentan las dos tropas que van a pelear: Por un lado la mujer (=el pueblo de Dios) y por el otro lado el gran dragón (=Satanás) con sus aliados. Los aliados de Satanás son dos bestias: una bestia que viene del mar (el poder político romano que aplasta a los cristianos) y otra bestia que viene de la tierra (las falsas religiones que competían con el cristianismo).
Estas imágenes del dragón y de las bestias son representaciones ficticias del poder satánico contra Cristo. Fácilmente podemos ver en estas descripciones la actuación del anticristo que quiere aplastar a la Iglesia de Cristo.
Cap. 17: Aquí se describe en otra gran visión la batalla definitiva. Otra vez se oponen las dos fuerzas: por un lado, Babilonia la grande, madre de las prostitutas y de los abominables ídolos de todo el mundo (=el poder político mundial) y por otro lado, se pone a Cristo montado en un caballo blanco (el color blanco simboliza el triunfo de Cristo sobre Satanás). Después de esta batalla, comienza el reino de mil años de la Iglesia en la tierra, luego Satanás es librado para la batalla definitiva y será luego arrojado al lago de fuego y azufre.