27 Jesús y la mala gente
A LECTURA DEL TEXTO DE LA VIDA
Eran las tres de la mañana, El cura oyó que alguien tocaba a la puerta. Era un señor: Padre, anoche salí con unos amigos y bebimos bastante; usted, Padre, sabe cómo son las cosas, acabamos la noche en una casa pública. Quisiera confesarme. El Padre respondió: Amigo, si usted pecó, vaya allí de nuevo y pida perdón a la persona con la que estuvo. Cerró la puerta y dejó al hombre en la calle completamente solo en medio de la noche. Un hecho de la vida del tiempo de Jesús Jesús comía con los pecadores y con los recaudadores de impuestos (cfr. Mt 9, 10-13, Lc 15,2) y se hospedaba en su casa (Lc 19, 7). dejaba que una prostituta le lavara los pies (Lc 7,37-38), y propone el ejemplo de un samaritano considerado como hereje (Lc 10,25-27); atendía las necesidades de los paganos (Mt 15,28); gustaba del pueblo sencillo que era tenido por maldito y despreciado por los fariseos (Jn 7, 49). Por este motivo los piadosos quedaron escandalizados. Jesús fue acusado de hacer esas cosas prohibidas, pero El respondía: No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos (Mt 9,12). Tanto los unos como los otros son hijos de Abraham (Lc 19,9-10). Jesús hasta pone una parábola en la que muestra cómo un pecador puede ser mejor que un fariseo, considerado por todos como piadoso (Lc 18,9-14). Los que eran enemigos de los fariseos, eran los más amigos de Jesús. Jesús incomodaba a los piadosos.
Reflexionemos también sobre el hecho de vida para ver si da también en nuestra vida
Animador:
Existen dos actitudes que chocan: la de Jesús y la nuestra. Nosotros en nuestra sociedad dividimos a los hombres en buenos y malos. Hacemos una barrera: del lado de acá están los buenos y la gracia de Dios; del lado de allá está solamente el pecado y la perdición ¿Son correctas estas normas? ¿Están de acuerdo con el deseo de Dios? Veamos esto despacio.
– ¿Qué opinas del cura que mandó pedir disculpas a la mujer pública? Para responder esta pregunta acuérdate de lo que decimos en el Padrenuestro: así como nosotros perdonamos a los que nos ofendeny de aquella otra frase del Evangelio que dice que vayamos a reconciliarnos con nuestro hermano (Mt 5,23-24).
– ¿Por qué existe la prostitución?, ¿por las mujeres que viven allí dentro o por los hombres que la frecuentan? ¿Hay razón para dividir la sociedad en buenos y malos?
– ¿Dónde se encuentra el verdadero enemigo que hay que combatir? ¿En las prostitutas o en aquellos que dicen que las prostitutas no sirven? ¿Que ellas nos hacen perder la gracia de Dios? ¿Por qué?
– Es posible obtener la gracia de Dios y vivir en paz con Dios sin reconciliarse con las personas ofendidas? ¿Sin hacer nada para eliminar las barreras que dividen a los hombres? ¿Cómo nos comportamos los cristianos a este respecto?
B. LECTURA DEL TEXTO DE LA BIBLIA
Vamos a oír lo que Jesús dice sobre este problema al pueblo de su tiempo.
Animador:
Es fácil decir:
Este es bueno, aquel no sirve para nada. Pero ¿no será que nos estamos condenando a nosotros mismos?. Oigamos lo que Jesús nos dice para encarar eseproblema:
Lectura del Evangelio (Mt 21,28-32).
Descubramos el mensaje que las palabras de Jesús tienen para nosotros hoy
– ¿Te pareces al hijo que decía: no voy, pero que después acabó haciendo lo que el padre quería, o al otro que dijo: pues no, yo voy pero que no hizo lo que Dios pide? ¿Te pareces a un tercero? ¿Cuál?
– Hablando del hijo que decía: no voy, no tengo ganas, Jesús pensaba en los publicanos, en las prostitutas y en todo el pueblo y en la gente que muchos decían que no servía. ¿Existe gente igual hoy? Cuenta algunos hechos prácticos y concretos.
– Hablando del hijo que decía: pues no, yo voy, Jesús estaba pensando en los fariseos que dicen y no hacen (Mt 23,3) ¿Hay personas de esta clase hoy? Hechos concretos.
– Según la opinión de muchos, católico practicante es aquel que va a misa y comulga por Pascua de Resurrección. ¿Esa persona cumple con lo que Dios quiere? ¿Esa persona dice sí sólo de boca?
– ¿Cómo sería un cristiano que dice a Dios sí, no solamente con la boca sino con el testimonio de su vida?
– Los fariseos eran considerados como personas muy piadosas, en cambio a Jesús no le gustaban mucho. Alguien dijo: En cada uno de nosotros existe un fariseo disfrazado. ¿Es esto verdad?
– Examinando nuestra sociedad descubriremos muchas barreras que dividen a los hombres en buenos y malos. Jesús no respetó estas barreras. ¿Qué haría hoy Jesús?
– ¿Conoces algún cristiano que procure hacer lo que Jesús haría si viviese? Responder con hechos concretos.
– ¿Qué haremos de concreto para llevar a la práctica lo que la palabra de Jesús nos ha dicho?
28 Jesús y los que viven en la soledad
A LECTURA DEL TEXTO DE LA VIDA
Un hecho de la vida de hoy
Frente a la catedral, después de una misa concurrida, junto a la pared del templo se hallaba sentada una viejecita pidiendo limosna. No miraba para arriba. Sólo miraba las piernas de las personas que pasaban y mantenía estirada la mano, en la que de vez en cuando caía una moneda; ella repetía: Dios se lo pague y le dé el cielo. Cierta vez un joven se detuvo y se sentó al lado de la vieja. No le dio limosna, sino que comenzó a conversar con ella: ¿Cómo le va señora? ¿recibe para poder vivir? Admirada la mujer, levantó la cabeza, miró al joven y dijo: ¡Ehhh! ¡alguien se preocupa de este pedazo de vieja, yo pensé que estaba sola aquí!
Otro caso: Doña Alicia muy preocupada decía: Eduardo vive pendiente de la TV. Nunca piensa por sí mismo. Siempre tiene que estar viendo y oyendo cosas. Tengo miedo de que nunca vaya a ser él mismo, de que nunca se encuentre consigo mismo y que vaya a tener que vivir en una gran soledad.
Un hecho de la vida del tiempo de Jesús.
Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: Si quieres, puede limpiarme (Mc 1,40). Probablemente quería facilitarle la acción al Señor: un leproso no podía entrar en contacto con los otros: los demás no podían tocarlo, estaba prohibido por la ley. En caso de que Jesús tuviera escrúpulo de tocar aquel hombre, bastaría que El lo quisiese. El leproso se contentaría con eso. Tenía fe en que Jesús lo pudiera curar sin tocarlo. Un leproso tenía que vivir al margen de la sociedad. Era gente enferma de cuerpo, ¿era esta enfermedad peor que la de su alma? No. Los leprosos vivían en una terrible soledad. Marginados de todos. Jesús, antes de decir: Sí, quiero, queda limpio, colocó su brazo sobre el leproso (Mc 1,41). Jesús demostró no tener escrúpulos. Antes de curar una enfermedad del cuerpo, curó la enfermedad del alma, su soledad. Por un gesto de amistad, expresado con el brazo, reintegró a aquel hombre a la convivencia humana. Profundicemos en este hecho de vida para ver si existe también en nuestra vida
Animador:
Hoy en día, la soledad en que muchos viven, se torna en problema grave, especialmente en las grandes ciudades donde viven millares de personas. ¿Cuál es la causa de que la persona se sienta sola?
– ¿Conoces a personas que viviendo en medio de muchos vivan en el anonimato? ¿Tienen estas personas con quién hablar? Cuenta…
– ¿Te has sentido solo alguna vez? ¿Cuándo?
– Puede darse el caso de que una persona esté completamente sola, por ejemplo en el campo, contemplando la naturaleza y trabajando en la finca y no se sienta sola. ¿Cómo se explica eso?
– En las grandes ciudades en las que viven tantos hombres, hay muchos atormentados por la soledad. ¿Cuál sería la causa de ello? ¿Tienes experiencias de esto?
– Hoy se oye hablar mucho del suicidio ¿cuál es la causa?
B. LECTURA DEL TEXTO DE LA BIBLIA
Oigamos lo que Jesús dijo e hizo frente al problema de la soledad
Animador:
No toda soledad es mala. La soledad le hace mayor mella, a quien nunca supo estar solo consigo mismo. Ese no sabe encontrarse con los otros y sufre terriblemente. Veamos más detenidamente la actitud de Jesús frente a la soledad.
Lectura de diversos textos de la Biblia:
a) Jesús busca la soledad: Mc 1,35; Mt 14,13
b) Jesús sufre la soledad: Mc 14,34-37;15,33,34.
c) Jesús curó la soledad: Mt 11,28-29; Gál 2,20.
Descubramos el mensaje que la Biblia trae para nosotros hoy
Animador:
No toda soledad es igual: Jesús buscaba la soledad, sufría la soledad y curaba la soledad. Hoy en día mucha gente busca una especie de soledad que le de paz, pero también encuentra otra soledad que le da sufrimiento.
– Hay momentos en la vida en los que la gente quiere estar sola. Jesús quiso estar a solas cuando supo que Juan Bautista había muerto. Quiso quedarse solo para orar. ¿Has sentido en tu vida alguna vez esta necesidad?
– ¿Por qué es tan importante esa soledad que buscaba Jesús y que nosotros procuramos en la vida de vez en cuando?
– Hay momentos en la vida en los que la gente sufre terriblemente la soledad. Cuando se tiene alguna pena y no hay quien se interese por su sufrimiento, como Jesús en el huerto de Getsemaní (Mc 14,34-37). ¿Has sufrido alguna vez esa clase de soledad? ¿Cuándo y porqué?
– ¿Cómo hiciste para vencer esa soledad? Cuenta… ¿Cómo hizo Jesús para vencer esa soledad? Lee el texto anterior.
– Para Jesús, la soledad más terrible fue cuando se sintió abandonado por Dios (Mc 15,33-34) ¿Sufriste alguna vez esta soledad? ¿Cómo la enfrentaste?
– Jesús curó la soledad del leproso. ¿Cómo lo hizo?
– La presencia del amigo acaba con la soledad que hace sufrir. ¿Has contribuido a acabar con la soledad de alguien que sufría?
– El problema de Eduardo clavado a la TV., el problema de la viejecita de la catedral y el problema de mucha gente hoy es la soledad. ¿Cómo crees que se podría acabar con ella?
– ¿Dónde crees que la gente toma mejor sus decisiones, en el barullo de una multitud o en el silencio de un cuarto? ¿Por qué?
– ¿Tienes tus momentos de soledad con Dios y te sientes así curado de la soledad que te produce la gente?
– ¿Qué haremos para llevar a la práctica todas las enseñanzas de la Palabra de Dios?