Me llegó una palabra de Yavé:
Hijo de hombre, háblale al príncipe de Tiro; le dirás esta palabra de Yavé: ¡Eres muy engreído, te consideras un dios en su residencia divina, en medio de los mares! ¿Te vas a hacer pasar por Dios, tú que eres hombre y no Dios?”
Tú eres seguramente más sabio que Daniel, y ningún misterio te quedó grande.
Tienes inteligencia, has sabido actuar y te ha llegado la riqueza: el oro y la plata han repletado tus cofres.
Gracias a tu inteligencia, gracias a tus negocios, ha aumentado tu riqueza y te ha crecido el orgullo en la misma medida que tu riqueza.
Por eso, esto dice Yavé al que se hace pasar por Dios:
Enviaré contra ti a extranjeros, los sepultureros de los pueblos; su espada se medirá con tu bella cultura, pisotearán tu gloria.
Te harán bajar a la tumba y morirás allí, en el corazón de los mares.
¿Acaso dirás: “Yo soy Dios” cuando vengan a matarte? En manos del matador serás hombre y no Dios.
Sufrirás la muerte de los paganos, y por manos de extranjeros, yo lo digo, palabra de Yavé.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México