Esa noche había sido anunciada a nuestros padres, para que supieran después valorar tus promesas y depositaran en ellas su confianza.
Tu pueblo, pues, aguardaba el momento en que los justos serían salvados y sus enemigos, arruinados;”
al castigar a nuestros adversarios cubriste de gloria a tus elegidos, es decir, a nosotros mismos.
Tus santos hijos, la raza de los buenos, ofrecieron pues en secreto el sacrificio y se comprometieron a observar esa Ley divina: el pueblo seguiría siendo solidario tanto en los éxitos como en los peligros; después de lo cual entonaron los cantos de sus padres.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México