VEN SEÑOR, SALVANOS.
Escucha, pastor de Israel, que guías a José como un rebaño, tú que te sientas en los querubines
resplandece delante de Efraín, Benjamín y Manasés.
¡Despierta tu valentía, ven y sálvanos!
¡Oh Dios, retómanos en tus manos, haz brillar tu faz y sálvanos!
¿Hasta cuándo, Señor, Dios de los ejércitos, vas a desconsiderar las oraciones de tu pueblo.
¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses; mira de lo alto del cielo y contempla, visita esa viña”
y protégela, ya que tu derecha la plantó!