Se planteaba una pregunta: ¿la Iglesia podrá enfrentar los retos actuales?, sabemos qué sí, 1,975 años de manifestarse Jesús en su Iglesia son pruebas irrefutables para tener confianza, ahora la pregunta es para el católico: ¿podrá el católico con la actividad de la Iglesia?
El católico ante la gran actividad de la Iglesia y la campaña “Misión continental”.
Se habla continuamente de la Iglesia católica, qué tiene ante ella grandes retos debido a las campañas qué están en marcha como lo son: la campaña de pastoral social, la misión continental, qué en Cristo nuestra paz México tenga vida digna, la evangelización de forma conjunta de todo el mundo etc. Lo inquietante no es, si puede la Iglesia católica, hay muestras suficientes para tener la certeza de qué podrá enfrentarlo y salir avante, la gran interrogativa ésta en si los católicos van aguantar el ritmo vital qué la Iglesia lleva, pues en realidad todo el trabajo recae en los católicos, laicos y seglares, la misión continental no será la excepción, exigiendo al creyente anunciar su dogma de fe.
Esta interrogativa se plantea desde el punto de vista, en la actitud qué muestran la mayor parte de los católicos como creyentes pasivos, cumplidores del domingo, de llevar a recibir sus sacramentos a sus hijos y celebrar las fiestas de sus parroquias o ciudades.
La falta de costumbre a no trabajar activamente, el no considerar dentro de sus actividades tiempo para el servicio de la Iglesia, la falta de conocimiento en las áreas de la pastoral de la Iglesia y el poco contacto con los sacerdotes son algunas de las limitantes qué pueden ofrecer obstáculo al cumplimiento de las campañas ya planeadas (entre ellas la de la misión continental) y qué están en ya acción en sus diferentes etapas.
Si lo vemos desde esa perspectiva quizá haya razón para preocuparse en qué no selogre la meta misionera, más hay qué considerar una cosa importantísima qué cambia el rumbo de toda acción, todo esto es obra de Dios, de Cristo Jesús qué asiste a su Iglesia y qué de la misma manera de exigir el cambio al católico , también da los recursos y el enamoramiento para trabajar.
¿Quién se puede resistir a la palabra de Dios?, eso es lo qué sucede, hermanos qué reúnen las características o defectos antes mencionados, son transformados al escuchar la palabra de la buena nueva, despiertan al paso abrazador y potente del Espíritu Santo y qué son capaces a abrir su corazón a Jesús y trabajar con él, ven la necesidad de aprender más de su palabra (van y compran su biblia para penetrar en la palabra de Dios, cosa qué no hacían antes) y de involucrarse más de lleno a su parroquia (qué el sacerdote no les da abasto); otro aspecto fundamental será el empuje de los jóvenes, en México, la mayoría de ellos son nobles y también son mayoría en el total de la población, están todos dentro del tejido de la sociedad, muchas misiones emprendida por la Iglesia son llevadas por los jóvenes, a ellos debemos el éxito de la evangelización en zonas desprotegidas, alejadas y con un difícil contorno social.
Estimados amigos, si esto se puede hacer con católicos qué trabajan poco en su parroquia, es decir a medio gas, ¿qué será cuando el católico trabaje activamente?, más bien hay qué dar gracias a Dios qué él sabe cómo ir dosificando la participación de la sociedad en general en las diferentes campañas, cómo va llamando a los qué el quiere para insertarlos en las diferentes parroquias para enseñar a otros hermanos menores en la fe. No se duda de la palabra de Dios en absoluto por eso hoy Cristo pregunta al católico: ¿han pedido algo en mi nombre?, nos falta pedir a Cristo Jesús llene nuestras vidas de esa fuerza activa, qué es el Espíritu Santo para tener la fortaleza física y mental para poder responder a las iniciativas y en específico de la “misión continental”