Pobres de ustedes que meditan la injusticia, que toda la noche traman el mal, y al amanecer lo ejecutan cuando está a su alcance.
Si les gustan unos campos, se los roban; si unas casas, se las toman. Se apoderan de la casa y de su dueño, de un hombre y de su propiedad.
Por eso, dice Yavé, yo también tramo el mal contra esa gente, una desgracia tan grande que no podrán hacerle el quite ni caminar con la frente en alto.
Cuando llegue aquel día, otros se burlarán de ustedes y les cantarán la canción: “Hemos sido saqueados; han repartido nuestras tierras. ¿Quién echará al opresor que se adueñó de mis campos?”
Cuando se reúna la asamblea de Yavé, no habrá nadie para reservarles una parcela.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. Mexico