Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: “Este hombre merece la muerte porque ha hablado de parte de Yavé contra esta ciudad, como ustedes mismos lo han escuchado.
Respondió Jeremías: “Yavé me ha enviado a decirles todas las palabras que han escuchado respecto de su templo y de esta ciudad.
Ahora bien, corrijan su conducta y mejoren sus obras, escuchen la voz de Yavé, y él no ejecutará el mal con que los amenaza.
En cuanto a mí, estoy en sus manos, hagan conmigo lo que les parezca bueno y justo.
Pero sepan que yo soy inocente y, si me matan, cargarán con un crimen, tanto ustedes como la ciudad de Jerusalén y todos sus habitantes, porque es verdad que Yavé me ha enviado para decirles en forma directa todas estas palabras.
Entonces los jefes, apoyados por todo el pueblo, dijeron a los sacerdotes y profetas: “Este hombre no merece la muerte, realmente nos ha hablado en nombre de Yavé, nuestro Dios.
En cuanto a Jeremías, gozaba del favor de Ajigam, hijo de Safán; por eso, no cayó en manos del pueblo que quería matarlo.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México