MI ESPOSO REGRESÓ CON NOSOTROS, PERO NO PUEDO PERDONAR LO QUE HIZO
Sábado 26 de Junio de 2010 por P. Jose de Jesus · Deja un Comentario
Agradezco a Dios y a usted por darnos la oportunidad de tener este espacio en el cual tenemos para buscar una ayuda.
Me encuentro en una situación difícil tengo once años de casada, estuve separada de mi esposo por poco más de cinco años; él abandonó la casa por problemas de violencia intrafamiliar. Durante ese tiempo él y su familia así como compañeros de trabajo (ya que trabajamos en la misma empresa) me hicieron mucho daño; en ese tiempo de separación inicié trámites para divorciarme pero no se llevó a cabo, creo que Dios intervino y puso sus medios, yo me acerqué a la Iglesia y encontré la paz, la tranquilidad y la felicidad. El estar ahí me ayudó a perdonar, a mis hijos siempre les inculqué el que oraran por su papá ya que él jamás se responsabilizó de ellos, ni moral ni económicamente. Todo lo que padecimos mis hijos y yo, se lo ofrecí a nuestro Señor me puse en manos de él.
Durante el tiempo que estuvimos separados supe de muchos errores que estuvo cometiendo mi esposo el llevar una vida promiscua, cosa a lo que yo jamás presté oídos y no les hice caso. El año pasado a finales, mi esposo regresó, pidió perdón, hablamos y optamos por integrar nuevamente nuestra familia; nos ha sido un tanto difícil a todos ya que fueron muchos años los que estuvimos solos mis hijos y yo.
Hace poco supe que mi esposo tuvo que ver con una persona que conozco y no quise hacer caso, pero es algo que me dejó una incertidumbre y que no me deja tranquila. Lo hablé con él para aclarar las cosas y él me lo confirmó. Justifica que él y yo estábamos separados, aunque yo sabía de esa relación o aventura desde antes de separarnos pero siempre lo ignoré ya que a mí no me constaba, y ahora que él me confirma que sí tuvo que ver con esa persona, es cosa que ahora me tiene llena de coraje hacía mí, por lo ingenua y tonta que he sido.
Padre no aguanto ya la situación, siento un odio hacia ésta persona por el cinismo que ha tenido conmigo y le pido mucho a Dios que me ayude, ya que tengo que verla diario, pero no puedo Padre, no puedo; es algo que va más allá de mis fuerzas y sé que con esto que siento, ofendo a Dios y me estoy haciendo daño.
A mi esposo trato de entenderlo y perdonarlo pero me es difícil, le he vuelto a perder la confianza, estoy siendo fuerte por mi familia, no quiero lastimar a mis hijos, pero ya no puedo cargar con los errores de mi esposo.
María Estrella Pérez
María Estrella:
Me agrada la franqueza con la que te has acercado a este Semanario Gaudium para exponernos tu problema matrimonial.
Desde luego, estoy de acuerdo que si no se dio el divorcio, fue por algo, y que aunque éste no aplica para el matrimonio por la Iglesia, un alto porcentaje de los que se divorcian por lo civil, no vuelven a juntarse y aunque ante Dios siguen siendo esposos, nunca más se vuelve a intentar un retorno a la vida familiar.
Lo que alguna vez te llegó por rumores y que ahora después de tantos años has confirmado, es una prueba más, pero que tu matrimonio no decaiga. Yo sé que es difícil imaginar cómo fue capaz tu esposo de realizar tal cosa, y como tú misma lo insinúas, eso, a pesar de los problemas que tenían, no tiene justificación. Sin embargo, yo considero que si tu esposo te dijo la verdad, es de valorarse también, ya que si él hubiera querido, te hubiera mentido y tal vez hubiera seguido una farsa de matrimonio.
Yo te pediría que valoraras la honestidad con la que te habló tu esposo, y que si él llegó arrepentido de haberse alejado de su familia y del trato que les dio, y que además, te ha hablado con la verdad, por muy duro que sea, es necesario redoblar esfuerzos para que la familia tenga un nuevo comienzo y no fundamentar la relación conyugal y familiar, del pasado y de algo que ya no se puede deshacer. Es necesario ver siempre hacia adelante, ya que si él reconoció su error, supongo que también se comprometió a ser diferente y llevar su vida como Dios lo quiere.
Creo que el gran esfuerzo que hiciste de decirle a tu hijos que oraran por su padre a pesar de que los dejó, se debe aplicar ahora contigo, y rezar con más intensidad para que no sólo a él, sino también a ti, Dios les dé fuerza para levantar su matrimonio que ya estaba caído. Considera que son tentaciones fuertes; pero que, a pesar de todo, es necesario que se levanten.
Jesús instituyó el sacramento del matrimonio, y les da su gracia para que puedan sacar adelante todo lo que éste implica.
No se les olvide ahora asistir a misa en familia, confesarse, comulgar, rezar el santo rosario. Eso, les ayudará para que su matrimonio no decaiga, pues Jesús mismo lo quiere sostener. Ya verás que Él les indicará a ambos lo que tienen que hacer. Comunícale tu experiencia de un Jesús vivo y resucitado a tu esposo, y verás que el Señor hará grandes maravillas.
P. José de Jesús Ibarra Andrade
ibandrade@yahoo.com