NO TE OLVIDES, SEÑOR, DE NOSOTROS.
¿Por qué, oh Dios, esos continuos rechazos, y esa ira contra el rebaño de tu redil?
Acuérdate de tu comunidad, que antiguamente adquiriste y rescataste para que fuera tu tribu y heredad con el monte Sión donde tú moras.
Dirige tus pasos a esas ruinas sin remedio; saqueó todo el enemigo en el santuario.
Lanzaron alaridos en tu tienda, a la entrada pusieron la bandera extranjera.
Lo derribaron todo con el hacha como leñadores en el bosque;”
el enmaderado y sus esculturas los demolieron a machete y azuela.
Prendieron fuego a tu santuario y profanaron la morada de tu Nombre.
DijeroMira cómo han guardado tu alianza, en las cuevas del país, lugares de resistencia.
Que el oprimido no vuelva avergonzado, que el pobre y el pequeño puedan alabar tu nombre.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México