PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR.
Pero al impío Dios le dice:
“¿Por qué vas repitiendo mis preceptos,
y andas siempre hablando de religión,
tú que odias mis reprensiones
y te echas mis palabras a la espalda?
Si ves un ladrón, corres con él,
y entre los adúlteros tienes tu sitio.
Das rienda suelta a tu boca para el mal
y tu lengua urde el engaño.
Si te sientas, hablas mal de tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre.
Si tú lo haces, ¿tendré yo que callarme?,
¿o piensas que yo soy como tú?
Te acusaré y te lo echaré en cara.
¡Oigan bien los que se olvidan de Dios!
pues si doy un zarpazo no habrá quien los libre.
Me honra el que da gracias con sacrificios,
pero al que va por camino recto,
le haré ver la salvación de Dios”.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico . Asamblea Eucarística. México