Elías, que era de Tisbé de Galaad, fue a decir a Ajab: “Tan cierto como que vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá estos años ni rocío ni lluvia, a menos que yo lo ordene”.
Una palabra de Yavé fue dirigida a Elías:
Sal de aquí y anda al este. Te esconderás en el torrente de Queret, al este del Jordán.
Tomarás agua del torrente y he ordenado a los cuervos para que te provean allá abajo”.
Salió pues Elías e hizo lo que Yavé le había dicho; fue a instalarse en el torrente de Querit, al este del Jordán,
y los cuervos le traían pan en la mañana y carne en la tarde.
Pero al cabo de un tiempo el torrente se secó, porque no caía más lluvia en el país.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México