Entonces Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino, pues era sacerdote del “Dios Altísimo”.
Melquisedec bendijo a Abram, diciendo: “Abram, bendito seas del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra.
Y bendito sea el Dios Altísimo, porque entregó a tus enemigos en tus manos. Y Abram le dio la décima parte de todo lo que llevaba.
Biblia Latinoamericana se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México