Esto es lo que ha de suceder después:
Yo derramaré mi Espíritu sobre cualquier mortal.
Tus hijos y tus hijas profetizarán,
los ancianos tendrán sueños
y los jóvenes verán visiones.
Hasta sobre los siervos y las sirvientas
derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Daré a ver señales en el cielo,
y en la tierra habrá sangre, fuego y nubes de humo.
El sol se cambiará en tinieblas
y la luna en sangre
cuando se acerque el día de Yavé,
día grande y terrible.
Entonces serán salvados
todos aquellos que invoquen el Nombre de Yavé.
Pues unos se salvarán en el cerro Sión,
habrá sobrevivientes en Jerusalén,
como lo ha dicho Yavé;
allí estarán los que llame Yavé.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México