No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.
Dios pensaba en él desde antes de la creación del mundo, pero no fue revelado sino a ustedes al final de los tiempos.
Gracias a él han creído en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó, precisamente con el fin de que pusieran su fe y su esperanza en Dios.
Al aceptar la verdad, han logrado la purificación interior, de la que procede el amor sincero a los hermanos; ámense, pues, unos a otros de todo corazón,
ya que han nacido esta vez, no de semilla corruptible, sino de la palabra incorruptible del Dios que vive y permanece.
Pues toda carne es como hierba y su gloria como flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae,
pero la palabra del Señor permanece eternamente.
Esta palabra es el Evangelio que se les ha anunciado a ustedes
Biblia Latinoamericana /se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México