El fin de todas las cosas está cerca; vivan, pues, con sensatez y dediquen sus noches a la oración.
Sobre todo ámense de verdad unos a otros, pues el amor hace perdonar una multitud de pecados.
Acójanse unos a otros en sus casas sin quejarse.
Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios.
Si alguno habla, que sean palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Queridos hermanos, no se sorprendan por el fuego que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede.
Más bien alégrense de participar en los sufrimientos de Cristo, pues también se les concederán las alegrías más grandes el día en que se nos descubra su gloria
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México