En la Celebración de la Vigilia Pascual se leen o entonan los Salmos 103,15,29,18,41,42 y 50 .
Salmo 18 Tu tienes Señor Palabra de vida eterna
La ley de Yahvé es perfecta, hace revivir; el dictamen de Yahvé es veraz, instruye al ingenuo.
Los preceptos de Yahvé son rectos, alegría interior; el mandato de Yahvé es límpido, ilumina los ojos.
El temor de Yahvé es puro, estable por siempre; los juicios del Señor veraces, justos todos ellos,
apetecibles más que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo de panales.
Salmo 41: Estoy sediento del Dios que dá vida
Como anhela la cierva los arroyos, así te anhela mi ser, Dios mío.
Mi ser tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver el rostro de Dios?
Son mis lágrimas mi pan de día y de noche, cuando me dicen todo el día: “¿Dónde está tu Dios?”.
El recuerdo me llena de nostalgia: cuando entraba en la Tienda admirable y llegaba hasta la Casa de Dios, entre gritos de acción de gracias y el júbilo de los grupos de romeros.
Envía tu luz y tu verdad, ellas me escoltarán, me llevarán a tu monte santo, hasta entrar en tu Morada.
Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría. Te alabaré gozoso con la cítara, oh Dios, Dios mío.
¿Por qué desfallezco ahora y me siento tan azorado? Espero en Dios, aún lo alabaré: ¡Salvación de mi rostro, Dios mío!