mi vida se consume en aflicción, y en suspiros mis años; sucumbe mi vigor a la miseria, mis huesos pierden fuerza.
De todos mis opresores me he convertido en la burla; asco doy a mis vecinos, espanto a mis familiares. Los que me ven por la calle se apartan lejos de mí;
me olvidan igual que a un muerto, como objeto de desecho.
Escucho las calumnias de la turba, terror alrededor, a una conjuran contra mí, tratando de quitarme la vida.
Pero yo en ti confío, Yahvé, me digo: “Tú eres mi Dios”.
Mi destino está en tus manos, líbrame de las manos de enemigos que me acosan.
Que brille tu rostro sobre tu siervo, ¡sálvame por tu amor!
¡Bendito Yahvé que me ha brindado maravillas de amor (en plaza fuerte)!
¡Y yo que decía alarmado: “Estoy dejado de tus ojos”! Pero oías la voz de mi plegaria cuando te gritaba auxilio.
Amad a Yahvé, todos sus amigos, a los fieles protege Yahvé; pero devuelve con creces al que obra con orgullo.
¡Tened valor, y firme el corazón, vosotros, los que esperáis en Yahvé!
Etiquetas:SALMO DEL DIA