DICHOSO EL QUE CUMPLE LA VOLUNTAD DEL SEÑOR, ALELUYA
Este es mi consuelo en mi miseria que tu palabra me vivificará.
Los soberbios se burlaban mucho de mí, pero no me he movido de tu Ley
Me he apresurado, no me he retardado en obedecer tus mandamientos.
Las pecadores intentaron seducirme, pero no me he olvidado de tu Ley.
A medianoche me levanto, te doy gracias por tus justos juicios.
Me he aliado con todos los que te temen y que observan tus ordenanzas.
De tu bondad, Señor, está llena la tierra, enséñame tus preceptos.
Has sido bueno con tu servidor, Señor, de acuerdo a tu palabra.
Enséñame el buen sentido y el saber, pues tengo fe en tus mandamientos.
Mira cuánto amo tus ordenanzas, Señor, hazme vivir según tu gracia.
El principio de tu palabra es la verdad, tus juicios son justos para siempre.
Si bien los príncipes me perseguían sin razón, mi corazón temía más a tus palabras.
Tu palabra me llena de gozo como quien encuentra un gran tesoro.
Detesto la mentira, la aborrezco, pero eso sí que amo tu Ley.
Observo tus ordenanzas, tus testimonios, a tu vista están todos mis caminos.
¡Que mi grito se acerque a tu faz, Señor, según tu palabra, dame inteligencia!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el Misal católico : Asamblea Eucarística. México