4.- RETRATO DE UN BUEN SACRISTAN
El Sacristán no nace, se hace. No cualquiera puede ser sacristán, pues es tan importante este ministerio, que requiere ciertas cualidades, además de ser muy visible y uno de los contactos más significativos de toda la comunidad.
a) Cualidades humanas:
Por la estabilidad de su servicio comunitario y su cercanía a la celebración, requiere madurez, sentido de responsabilidad, puntualidad, espíritu de orden, dedicación que trabaje con amor y con humor. Para tratar a tantas personas requiere además capacidad de relaciones humanas. Facilidad de comunicación, paciencia, cortesía en su trato, capacidad de trabajar en equipo, equilibrio, con el fin de coordinarse con los encargados del canto, de la liturgia, los sacerdotes, los monaguillos, las personas que van a encargar cosas o preguntar horarios, los que no hacen las cosas como debieran, etc. Cuando está todo en orden y no pierde el humor ni la cabeza aún en los ajetreos y las fiestas, cualquiera se siente estimulado a celebrar mejor.
b) Cualidades Técnicas:
Con un poco de esfuerzo y algo de capacitación debe aprender a manejar bien los aparatos de iluminación y sonido, tener buen gusto para el arreglo del presbiterio y de altares, adornos, flores, imágenes. Conocer bien los nombres de objetos sagrados y lugares, y su uso. Además, si se encarga de la notaría también, debe saber lo referente a inscripciones, preparación de sacramentos, boletas, actas, etc.
c) Conocimientos litúrgicos:
Ahora que con la reforma litúrgica han cambiado no sólo los ritos sino la mentalidad de celebrar, es preciso que el sacristán tenga sensibilidad litúrgica y espiritual. No basta que sepa ejecutar bien las cosas, sino que sepa por qué se hacen las cosas, con qué espíritu, sus características sus variaciones, para ser creativo en su trabajo. Debe conocer lo que es una celebración litúrgica, sus principales momentos, su alma, las características de los tiempos litúrgicos y las fiestas. Así, sabe qué libros se ocupan, qué libros faltan, donde se hallan los textos, para irlos ofreciendo a los sacerdotes (así los va educando, pues a veces ellos no tienen tiempo de preparar). Así, no distraerá en las celebraciones, pues respeta el ritmo de la acción sagrada. Supone haber tomado algún curso de liturgia, y leer las instrucciones del Misal y de los varios Rituales.
3.4 Calidad laical
El sacristán tiene conciencia de ser un laico cualificado, y por ello busca vivir en medio de la comunidad, compartiendo su vida, teniendo su aceptación, con una vida personal y familiar honrada, normal y equilibrada. Muchas personas alejadas que llegan a ceremonias especiales se llevarán de la Iglesia la imagen que les deje el sacristán.
Sres:
Envio estas lineas con el fin de solicitarle saber la manera de adquirir los cuatros tomos del Manual del Sacristán de Juan Revilla.Yo vivo en Paraná-Entre Ríos-Argentina,sería muy grato poder comprarlo.Gracias en nombre de Jesús.Isabel.