Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios.
Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos con él.