Salmo 103, 1-22

Salmo 103, 1-22

[De David.] Bendice, alma mía, a Yahvé, el fondo de mi ser, a su santo nombre. Bendice, alma mía, a Yahvé, nunca olvides sus beneficios.

Él, que tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y ternura satura de bienes tu existencia, y tu juventud se renueva como la del águila.Yahvé realiza obras de justicia y otorga el derecho al oprimido, 

 

manifestó a Moisés sus caminos, a los hijos de Israel sus hazañas. Yahvé es clemente y compasivo, lento a la cólera y lleno de amor no se querella eternamente, ni para siempre guarda rencor; no nos trata según nuestros yerros, ni nos paga según nuestras culpas. 

 

Como se alzan sobre la tierra los cielos, igual de grande es su amor con sus adeptos como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros crímenes  Como un padre se encariña con sus hijos, así de tierno es Yahvé con sus adeptos;  que él conoce de qué estamos hechos, sabe bien que sólo somos polvo. ¡El hombre! Como la hierba es su vida, como la flor del campo, así florece; lo azota el viento y ya no existe, ni el lugar en que estuvo lo reconoce. 

 

Pero el amor de Yahvé es eterno con todos que le son adeptos; de hijos a hijos pasa su justicia, para quienes saben guardar su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos. 

Yahvé asentó su trono en el cielo, su soberanía gobierna todo el universo. Bendecid a Yahvé, ángeles suyos, héroes potentes que cumplís sus órdenes en cuanto oís la voz de su palabra. Bendecid a Yahvé, todas sus huestes, servidores suyos que hacéis su voluntad. Bendecid a Yahvé, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé! 

Yahvé asentó su trono en el cielo, su soberanía gobierna todo el universo. Bendecid a Yahvé, ángeles suyos, héroes potentes que cumplís sus órdenes en cuanto oís la voz de su palabra. Bendecid a Yahvé, todas sus huestes, servidores suyos que hacéis su voluntad. Bendecid a Yahvé, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé!

Yahvé asentó su trono en el cielo, su soberanía gobierna todo el universo. Bendecid a Yahvé, ángeles suyos, héroes potentes que cumplís sus órdenes en cuanto oís la voz de su palabra. Bendecid a Yahvé, todas sus huestes, servidores suyos que hacéis su voluntad. Bendecid a Yahvé, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé!

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