¿”QUÉ HACEMOS CON LOS MODERNOS “LÁZAROS”?
Viernes 19 de Marzo de 2010 por Arzobispo José G. Martín Rábago
I Arzobispo de León
El evangelista San Lucas nos OFRECE Espléndida una parábola que es exclusiva de él: no Aparece en los otros evangelios. Es la parábola del “RICO Y MALO DEL POBRE LÁZARO”. Presenta a un hombre que no es malo por ser rico, sino por ser egoísta, por Tener el corazón apegado a lo que da imagen y abundancia de placeres: “Se vestía de púrpura y lino y celebraba todos los días magníficas fiestas”.
La maldad está en la Cerrazón que no le Permite Descubrir la miseria de quien, una morisca de su mesa, se muere de hambre deseando comer, al menos, las sobras del banquete espléndido. El rico es egoísta Presentado en esta parábola como un hombre necio, encerrado en la estrechez de una vida sin esperanza y sin anhelos de una existencia superior.
La parábola no Pretende Ofrecer una Resignación pasiva A LOS pobres que Carecen de lo básico para sobrevivir, es más bien una amonestación severa para quienes Encuentran normal la situación de millones de pobres que sobreviven en la más penosa miseria.
La espiritualidad propia del tiempo Cuaresmal nos convoca a la conversión del corazón, la conversión Para descubrir a Dios como Padre ya los demás como hermanos. No seria la auténtica renovación espiritual si no hace crecer en nosotros el sentido de solidaridad fraterna. Recordemos la enseñanza del Evangelista San Juan: “Si alguno dice amo ‘a Dios’ y aborrece A su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano a quien ve, no Puede amar a Dios a quien no ve “.
La Cuaresma nos Se ofrece una excelente oportunidad para revisar las relaciones sociales tan deterioradas en el ambiente de nuestra patria mexicana, nos PIDE que nos animemos un Crear un estilo de vida renovado con la fuerza y el ejemplo de Cristo que se entrego hasta el extremo por nosotros .
El reciente Documento de la Conferencia del Episcopado Mexicano que lleva como título: un “QUE ES CRISTO, NUESTRA PAZ, MÉXICO TENGA VIDA DIGNA” afirma que “la desigualdad y la exclusión social, la pobreza, el desempleo, los bajos salarios … exponencialmente la una violencia muchas personas, por la irritación social que implican “.
Ante nuestra mirada se multiplican Los Modernos “Lazaros” que han esperado Durante mucho tiempo Sentarse al banquete de la vida a la qué tienen derecho por su Condición de seres humanos y de hijos de Dios. Seamos sensatos y no exasperemos su paciencia. Fraternos Seamos e invitémoslos a compartir, no sólo de lo que nos sobra, sino de lo que ellos Necesitan para vivir con dignidad.
En la situación actual se Impone la Austeridad A LOS todos los sectores sociales. En cualquier momento el lujo desmedido y el derroche escandalosos RESULTAN, pero en la coyuntura presente generarían odios y resentimiento.
Invitados por la espiritualidad Cuaresmal, superemos la tentación de buscar sólo el placer y la comodidad, busquemos más bien el compartir que hacer y posible, los que menos Tienen, encuentren en los más favorecidos el apoyo para Ponerse en pie y valerse por sí Mismos. Oigamos la voz de la conciencia que nos dice: no sólo Danan al hombre la extrema pobreza, también lo Danan la excesiva Riqueza y opulencia Cuando van Acompañadas del egoísmo y la soberbia. El Tener recursos económicos implica la responsabilidad de Darles una dimensión social, invertirlos en obras que generen trabajos, salarios justos y público y Bienestar.
¿Qué hacemos con Los Modernos “Lazaros”? Darles no podemos contentarnos sólo con palabras que los inviten a la paciencia ya la Resignación. Recordemos las palabras del Apóstol Santiago: “Supongamos Que a un hermano oa una hermana les falta ropa y la comida necesarias para el día, si uno de ustedes les dice” Que les vaya bien, coman y abríguense Todo lo que QUIERAN “, Pero no les da lo que su cuerpo necesita, ¿de qué le sirve? “.
† José G. Martín Rábago
Arzobispo de León
