Apacienta a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que vive solitario en el bosque, en medio del Carmelo.
Que pasten en Basán y en Galaad como en los tiempos antiguos. Como cuando saliste del país de Egipto, haznos ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, que perdone el pecado y absuelva al resto de su heredad? No mantendrá para siempre su cólera pues ama la misericordia;volverá a compadecerse de nosotros,
destruirá nuestras culpas y arrojará al fondo del mar todos nuestros pecados!Y mantendrás tu fidelidad a Jacob y tu amor a Abrahán, como juraste a nuestros antepasados, desde los días de antaño.