Mirad que yo los traigo del país del norte, los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá.
Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un padre, y Efraín es mi primogénito.
Oíd la palabra de Yahvé, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará cual un pastor su hato.”
Porque ha rescatado Yahvé a Jacob, y lo ha redimido de la mano de otro más fuerte.
Vendrán y darán hurras en la cima de Sión, y acudirán al regalo de Yahvé: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y serán como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.
Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en regocijo, los consolaré y aliviaré su tristeza;
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