Palabra de Dios 7 de Sep. de 2024. Sabado XXII de Tiempo Ordinario.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Primera carta de Pablo a los corintios (4, 6b-15)
Hermanos: Si he hablado de Apolo y de mí, ha sido para
que aprendieran con este ejemplo a no enorgullecerse de uno
despreciando al otro, como ya se lo he escrito a ustedes. Pues,
¿quién te ha hecho superior a los demás? ¿Qué tienes, que no lo
hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si
no lo hubieras recibido?
Conque ya están ustedes satisfechos, ya son ricos, ya han
obtenido el Reino sin nuestra ayuda… Ojalá fuera esto verdad,
para que también nosotros reináramos con ustedes. Porque me
parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos trata como a los
últimos de todos, como a gente condenada a las fieras, pues nos
hemos convertido en todo un espectáculo para el mundo, tanto
para los ángeles como para los hombres.
En efecto, nosotros somos los locos a causa de Cristo y
y ustedes los fuertes; nosotros los despreciados y ustedes los
dignos de respeto. Hasta el presente pasamos hambre y sed,
vamos pobremente vestidos y recibimos golpes; andamos
errantes y nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos.
Nos maldicen y nosotros les deseamos el bien; nos persiguen y
los soportamos; nos calumnian y correspondemos con bondad.
Nos tienen, incluso hasta el día de hoy, como la basura del
mundo y el desecho de la humanidad.
Les escribo esto, no para avergonzarlos, sino para llamarles
la atención como a hijos queridos. Pues aunque como cristianos
tuvieran ustedes diez mil maestros, no tienen muchos padres,
porque solamente soy yo quien los ha engendrado en Cristo
Jesús, por medio del Evangelio.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (144, 17-18, 19-20, 10a.21)
R. El Señor cuida de quienes lo aman.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de
amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan;
muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
R.
Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus gritos de auxilio
y los salva; el Señor cuida de los que lo aman, pero destruye a
los malvados.
R.
Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo
bendigan ahora y para siempre.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (6,1-5)
Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus
discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre
las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les
dijeron: “¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?”.
Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David
una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo
y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían
comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres”.
Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra de Señor.
REFLEXIÓN: De los tres evangelistas sinópticos,
san Lucas nos presenta la redacción más breve
respecto a este episodio de la polémica de Jesús
sobre la observancia del descanso sabático. En su
origen, esta ley fue una ley razonable, que evocaba la
liberación de los trabajos de la esclavitud en Egipto y
el “descanso” del Creador al séptimo día (Cfr. Gen 2,
2). Jesús, en el lugar paralelo de san Marcos afirma:
«El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre
para el sábado» (Mc 2, 27) y en san Mateo justifica la
supuesta infracción de los discípulos: «porque tenían
hambre» (Mt 12, 1).