Palabra de Dios 17 de mayo de 2023. Miércoles de la 6ª semana de Pascua.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
De los Hechos de los Apóstoles (17, 15. 22–18, 1)
En aquellos días, los cristianos que ayudaron a Pablo a
escapar de Berea, lo llevaron hasta la ciudad de Atenas. Pablo
los envió de regreso con la orden de que Silas y Timoteo fueran
a reunirse con él cuanto antes.
Un día, mientras los esperaba en Atenas, Pablo sentía que la
indignación se apoderaba de él, al contemplar la ciudad llena de
ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y dijo:
“Atenienses: Por lo que veo, ustedes son en extremo
religiosos. Al recorrer la ciudad y contemplar sus monumentos,
encontré un altar con esta inscripción: ‘Al Dios desconocido’.
Pues bien, yo vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes
veneran sin conocerlo.
El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en él, siendo el
Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por
hombres, ni es servido por mano de hombres, como si necesitara
de algo o de alguien; porque él es quien da a todos la vida, el
aliento y cuanto tienen.
De un solo hombre sacó todo el género humano para que
habitara toda la tierra, determinó las épocas de su historia
y estableció los límites de sus territorios. Dios quería que lo
buscaran a él y que lo encontraran, aunque fuera a tientas, pues
en realidad no está lejos de nosotros, ya que en él vivimos, nos
movemos y somos. Como lo ha dicho alguno de los poetas de
ustedes: ‘Somos de su mismo linaje’.
Por lo tanto, si somos linaje de Dios, no debemos pensar
que Dios es como una imagen de oro, plata o mármol, labrada
artísticamente por los hombres según su imaginación. Dios no
tomó en cuenta la ignorancia de la gente en tiempos pasados,
pues ahora quiere que todos los hombres se conviertan, porque
tiene determinado un día en el cual ha de juzgar al universo con
justicia, por medio de un hombre designado por él, y ha dado
a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos”.
Al oír hablar de la resurrección de los muertos, algunos se
burlaron y otros dijeron: “De esto te oiremos hablar en otra
ocasión”. Entonces Pablo se retiró. Sin embargo, algunos se
adhirieron a él y creyeron. Entre ellos se contaban Dionisio,
el areopagita; una mujer, que se llamaba Dámaris, y algunos
más. Después de esto, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo 148, 1-2. 1l-12. 13. 14
R. La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra. Aleluya.
Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo; que
alaben al Señor todos sus ángeles, celestiales ejércitos.
R.
Reyes y pueblos todos de la tierra, gobernantes y jueces de
este mundo; hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, alaben al
Señor y denle culto.
R.
El nombre del Señor alaben todos, pues su nombre es excelso,
su gloria sobrepasa cielo y tierra y ha hecho fuerte a su pueblo.
R.
Que alaben al Señor todos sus fieles, los hijos de Israel, el
pueblo que ha gozado siempre de familiaridad con él.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Juan (16, 12-15)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo
muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden
comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá
guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta,
sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van
a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo
que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío.
Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a
ustedes”.
Palabra del Señor.