La Espiritualidad Bíblica, una fortaleza para el creyente en tiempos de pandemia.
Animación bíblica.
Eduardo Sánchez.
◙ Punto de partida: ante la pandemia hagamos de nuestro cimiento la convicción del corazón y entendimiento de la razón de que no estamos solos, ¡la Palabra del Dios de la Vida está con nosotros!
Este subsidio no pretende llenarnos de información acerca del virus causante de la pandemia ni de las medidas sanitarias necesarias que debemos realizar para contribuir al autocuidado y saneamiento del medio ambiente personal, familiar y comunitario, en cambio, si pretende algo mejor: ayudarnos a cómo encontrar en las Sagradas Escrituras fortalezas para enfrentar la pandemia y sus consecuencias.
Espiritualidad bíblica.
En el terreno de la espiritualidad bíblica, lo primero que tenemos que hacer es aprender a situarnos frente al texto bíblico, pues no estamos frente a un objeto y libro cualquiera, estamos frente a la Sagrada Escritura que contiene la Palabra del Dios que nos habla para salvarnos (cf. Jn 10,10; DV 2.4.11; VD 6; Inspiración y Verdad de la Sagrada Escritura n. 6.7.144.147).
Tenemos que convencernos de que estamos frente una Persona que es el Dios de la Palabra que nos interpela y nos ofrece la vida y la salvación por mediación de Jesucristo nuestro Salvador, pues de Él es de quien nos hablan las Escrituras (Cf. Mt 11,27; Jn 1, 14.17; 14,6; 17, 1- 3; 2Cor 3, 16; 4, 6; Ef 1, 3 – 14; DV 2-3; Jesucristo, plenitud de la revelación y clave de interpretación de la Sagrada Escritura pp. 15 – 103).
En consecuencia, se deben tener en cuenta dos aspectos: Primero, la lectura que corresponde a la finalidad de la Sagrada Escritura es la que busca en ella el conocimiento de Dios y de su salvación. Segundo: la venida de Jesús, y con ella el culmen de la revelación, es preparada por una larga «economía» de la revelación divina. Los libros bíblicos no solo testimonian la meta (Nuevo Testamento), sino también el camino de preparación (Antiguo Testamento). Por eso la verdad plena sobre Dios y sobre su salvación no se encuentra en una lectura reducida a libros individuales y aislados, sino solamente en una lectura «canónica», a la luz que viene de la persona de Jesús.
Entre la realidad en que nos ha colocado la pandemia y la verdad salvífica de Dios, los creyentes necesitamos una gran apertura y docilidad al Espíritu Santo, él, que inspiró las Sagradas Escrituras, (cf. DV 11) nos mueva a cómo encontrar, a la luz de la Palabra divina, fuerza y vigor en los momentos difíciles en nuestra lucha por la salud y la vida, a partir de la lectura-escucha orante del texto bíblico (Cf. DV 5-7; IBI pp. 25 – 63).
Elementos básicos e introductorios para el desarrollo de una espiritualidad bíblica.
I.- ¿Qué entendemos por Espiritualidad Bíblica?
La Espiritualidad es un ESTILO DE VIDA cristiana, o bien, es la forma como un cristiano vive y expresa sus relaciones con Dios. Ello va más allá de los ritos o prácticas piadosas de una religión, se trata de algo afincado en lo más hondo del Hombre, y que abarca a la persona entera en su dimensión más profunda. Por eso, una persona demuestra su espiritualidad cuando vive desde su yo más profundo esa fe, iluminado y apoyado por el Espíritu, integra coherentemente un estilo de vida cristiana.
Con base a lo anterior, una definición de espiritualidad bíblica es “un estilo de vida cristiana inspirada por la Sagrada Escritura”. Para profundizar esta definición, reflexionemos:
¿Qué significado tiene para mí la Biblia?
¿Cómo acceder a la Palabra de Dios de modo que ella se convierta en la base de la propia espiritualidad?
¿Cómo se relaciona una lectura espiritual de la Biblia con la realidad que afrontamos como Personas individuales y Comunidad (grupo familiar, de trabajo, de amistades, de estudio, etc.)?
Aceptando que hay distintas formas de leer la Biblia, ¿son todas ellas aceptables?
II.- Precedentes históricos:
2.1.- Época del Concilio Tridentino al Vaticano I:
+ Antes de Vaticano II la espiritualidad bíblica hunde sus raíces en la tradición de los Padres de la Iglesia, (cf. DV 23) pero con las Encíclicas “Spiritus Paráclitus” del Papa Benedicto XV, “Providentissimus Deus” del Papa León XIII y la “Divino Afflante Espíritu” del Papa Pío XII, comienza aparecer como un fenómeno relativamente nuevo (cf. VD 3). Antiguamente había poco conocimiento de la Biblia, se hablaba de espiritualidad bíblica, pero poco se sabía qué significaba en parte debido a la liturgia en latín, un campo poco propicio para interesarse los fieles en la lectura de la Biblia, (cf. DV 21) a que la formación de los sacerdotes incluía poco sobre Biblia, en consecuencia, los laicos no tenían interés en el conocimiento y estudio de la Biblia (cf. DV 22), había pocas Universidades y escuelas bíblicas. El Pontificio Instituto Bíblico fue fundado en 1909.
2.2.- Época Post-Concilio Vaticano II:
+ Nueva época a partir de la Dei Verbum del Concilio Vaticano II: “Los Padres sinodales… recono-cen los grandes beneficios aportados por este documento a la vida de la Iglesia, en lo exegético, teológico, espiritual, pastoral y ecuménico” (VD 3).
+ Cambio profundo al permitir y recomendar a todos el estudio de la Biblia (cf DV 25). Aquí nace la “fiebre bíblica”. El interés por una espiritualidad bíblica se refleja en la difusión y popularidad de meditaciones y reflexiones sobre textos y figuras de la Biblia, ejemplo de ello es el Cardenal Carlo María Martini, ex arzobispo de Milán.
+ La formación bíblica en los sacerdotes es cada vez mucho más profunda (cf. VD 3). Se toma la Biblia como fuente y “alma” de los estudios teológicos-bíblicos, de liturgia y de toda la pastoral de la Iglesia (cf. DV 24). Los nuevos documentos postconciliares del Vaticano II a la actualidad demandan a los pastores tomar más en serio la formación bíblica de sus laicos, incluso, para comprender los pasajes más difíciles (cf. DV 25 – 26).
2.3.- Época actual: de la Dei Verbum a la Verbum Domini, documento post-sinodal.
+ La comunidad eclesial crece también hoy en la escucha, en la celebración y en el estudio de la Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura (cf. VD 3).
+ No se ha cumplido con la recomendación de leer asiduamente la Biblia (cf. VD 121).
+ Por ello, podemos estimar que existe una pobre o incompleta explicación de la Palabra de Dios, nuestro tiempo ha de ser cada día más el de una nueva escucha de la Palabra de Dios y el de una nueva evangelización (cf. VD 122).
+ ¿Es por la tensión entre razón y fe? ¿O por la falta de preparación bíblica o de profundización de los sacerdotes y fieles laicos?
III.- ¿Cómo encontrar en las Sagradas Escrituras fortalezas para enfrentar la pandemia y sus consecuencias?
En la Palabra de Dios encontramos diferentes caminos para vivir nuestra propia espiritualidad. Acudir a su ESCUELA (cf. DA 248) es una vía segura para emprender una hermenéutica viva y eficaz de la Palabra de Dios. No hay una única manera de desarrollar una espiritualidad bíblica. Se presentarán cuatro enfoques metodológicos principales que no se excluyen entre sí, sino que se pueden complementar. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y también sus límites.
3.1.- Enfoque TEMÁTICO:
– Sabemos que la Sagrada Escritura es una colección de textos nacidos más o menos en 1,300 años de historia, bajo las más diversas circunstancias. Dentro de esta diversidad es fácil encontrar temas fundamentales que, sin estar presentes en todos los textos, aparecen una y otra vez y que, no sólo por su frecuente presencia sino más bien por la importancia de su contenido, determinan un hilo conductor a lo largo de tantos años de historia y de libros tan diversos. Basta pensar en temas como la fe, la esperanza, el dolor, la relación del creyente con Dios, la Idolatría, el pecado, etc. Las Biblias temáticas son muy útiles para desarrollar una espiritualidad bíblica desde este enfoque.
– Consiste en elegir un tema bíblico y hacerle preguntas. A continuación buscar en un libro o sección de la biblia todos los versículos sobre dicho tema y escribir los que contesten las preguntas elaboradas y terminar indicando una aplicación para la vida diaria.
Pasos sencillos para desarrollar una espiritualidad bíblica con este enfoque:
1.- Escoger un tema que le interese, que sea sencillo y corto y que tenga solo unas cuantas referencias bíblicas de un Libro o de una sección de la Biblia (AT, NT, Sapienciales, Proféticos, etc.). A medida de su desarrollo espiritual, podrá hacer temas más complejos y usar más pasajes bíblicos.
2.- Con la ayuda de una Biblia temática haga una lista de todos los versículos del libro o sección de la Biblia que estén relacionados con el tema elegido. Lea detenidamente y seleccione de esta lista los versículos más importantes, a menos que le interese todo lo que dice la Biblia sobre su tema.
3.- Escriba alguna(s) pregunta(s) que le gustaría saber acerca del tema que escogió. Por ejemplo, si a usted le interesa el tema del enojo ante la pandemia, en el Libro de los Proverbios, podría hacer una pregunta general o varias como estas: ¿Cuáles son las características de un hombre enojado? ¿Qué causa el enojo? ¿Cuáles son los resultados del enojo? ¿Cómo se cura el enojo?
4.- Relea todas sus referencias y hágale a cada versículo las preguntas que se planteó y escriba la(s) respuesta(s) a la(s) pregunta(s). Si no consigue respuesta a sus preguntas, haga nuevas preguntas. Notemos que este enfoque se limita a buscar respuestas a la(s) pregunta(s).
5.- Derive algunas conclusiones después de haber leído sus referencias y resumido las respuestas a su(s) pregunta(s). Se pueden socializar en familia o grupo.
6.- Por último escriba las aplicaciones para su vida en circunstancias de pandemia. La aplicación de la Palabra de Dios es necesaria para nuestra salud y salvación.
– La ventaja de este enfoque es que se orienta a aquellos temas y contenidos que son determinantes para una cierta espiritualidad bíblica en una situación concreta, como es en el tiempo de pandemia que nos hace más vulnerables.
– Es posible mostrar el desarrollo de una espiritualidad bíblica desde este enfoque partiendo del Antiguo Testamento hasta llegar al Nuevo, haciendo ver los distintos acentos dados por las circunstancias históricas y por los acontecimientos fundamentales en la Historia de la Salvación.
– Una desventaja en este modo de abordar el problema es que el desarrollo de una espiritualidad bíblica puede volverse demasiado académico, como quien hace la historia de un concepto y no tiene en cuenta que detrás de ese concepto se esconde la historia de los creyentes con todas las tensiones y altibajos de una historia humana.
– Otra desventaja es que muchos que quieren seguir este tipo de espiritualidad no cuentan ni con las herramientas (Biblia temática, Concordancias y discordancias, Comentarios) ni con la capacidad de abordar adecuadamente un tema bíblico, aunque ya no tanto gracias al internet.
3.2.- Enfoque de los TEXTOS BÍBLICOS o por tópicos:
– Este enfoque trata de desarrollar un tema en base a los tópicos más relevantes para poner de manifiesto su riqueza espiritual. Implica seleccionar un tópico bíblico y rastrearlo a lo largo y ancho del AT y NT para descubrir qué dice Dios de ese tópico.
– Al ser una variante del enfoque temático, trata de una tarea más complicada de lo que parece a primera vista porque requiere de un uso extenso de referencias bíblicas. Consiste en reunir y comparar los versículos de todos los tópicos que se encuentran en la Biblia en relación con un tema en particular y, en base a preguntas limitadas, organizar las conclusiones para socializarlas en grupo o con otra persona.
– No todos los textos se prestan a un tratamiento semejante. ¿Qué decir sobre el Libro de las Crónicas o la Carta de Judas? Algunos textos podrían estudiarse uniéndose a otros por motivos razonables. Así por ejemplo, sería posible hablar de una espiritualidad paulina, si es que se tomaran las cartas del Apóstol como fundamento, y no una carta aislada. No cabe duda de que la Carta a los Romanos es uno de esos monumentos teológicos que serviría ella sola para una rica espiritualidad; pero lo que Pablo ofrece en todas sus cartas es, también muy rico.
– También los Evangelios son muy interesantes a la hora de decidirse por un camino espiritual al estilo del Señor Jesús. En forma análoga es posible desarrollar una espiritualidad joánica, si es que previamente se determina que el interés se concentra en el cuarto Evangelio y las Cartas de Juan.
Pasos sencillos para desarrollar una espiritualidad bíblica desde este enfoque:
1.- Compile una lista de términos sinónimos, antónimos, frases, eventos y todo lo que pudiera tener algo que ver con el texto o tópico que escogió. Si está orando el tópico del sufrimiento ante la pandemia, por ejemplo, tal vez haga una lista de términos como aflicción, ira reprensión, dolor, temor, prueba, tribulación…
2.- Reúna todas las referencias bíblicas que pueda encontrar según los términos o tópicos de su lista anterior. Busque en su obra de consulta “Concordancias Bíblicas” cada palabra que tenga que ver con el tópico y haga una lista de todos los versículos que de alguna manera tengan relación.
3.- Analice cada referencia por separado o cada versículo individualmente, luego escriba sus comentarios tomando en cuenta el contexto literario de los versículos, y hágale tantas preguntas como pueda a cada versículo.
4.- Compare todas las referencias unas con otras, observe que algunas se complementan entre sí de un modo natural y tratan los mismos asuntos del tópico y organícelas en categorías, áreas o aspectos.
5.- Concluya con un resumen.
6.- Derive aplicaciones de los textos o referencias para su vida diaria.
3.3.- Enfoque de los PERSONAJES BÍBLICOS o Biografías:
– Probablemente sea éste el enfoque más difundido y conocido. Es cuestión de tomar una de las FIGURAS o PERSONAS prominentes que aparecen en la Biblia: innumerables meditaciones dedicadas a la Virgen María sirven de ejemplo para esta manera de ver las cosas. En el Antiguo Testamento es posible que Abraham sea la figura más popular, pero están también Moisés, David, Job, Isaac, Noé, Jacob, Eva, Sara, Débora, Ester, Ruth… por nombrar a los más conocidos. En el NT, Jesucristo, San José, Pedro, Pablo, Juan, Mateo, Lucas, Marcos, María Magdalena, Marta…
– Lo que hace atractivo este enfoque es el carácter narrativo del material a tratar. Las personas en cuestión son seres de carne y hueso, con las que el lector puede identificarse en tanto cuanto encuentra, en esas historias tan antiguas, rasgos que las unen a una propia historia, de manera que esa historia o biografía puede ser, por lo menos en parte, mi propia historia.
– La aplicación para su vida diaria llega cuando usted examina su propia vida a la luz de lo que aprendió al realizar en la Escritura una investigación exhaustiva del tal personaje y le pide ayuda a Dios para seguir su ejemplo, de manera que hace de su espiritualidad una experiencia transformadora.
Pasos sencillos para desarrollar una espiritualidad bíblica desde este enfoque:
1.- Escoja un Personaje Bíblico que tenga alguna debilidad que usted tiene o una fortaleza que le gustaría desarrollar. Escoja una Persona cuya vida, ejemplo, testimonio, le aportará alguna fortaleza para conformarse o configurarse con Cristo Nuestro Señor.
2.- Con ayuda de una Biblia temática haga una lista de todas las referencias acerca de esa Persona, tal como cosas que otros dijeron de él o ella, lugares, acontecimientos, proezas, milagros, sacrificios, muerte, etc., que se relacionan con su vida o biografía. También puede incluir datos extrabíblicos y de la Tradición, (Cf. DV 8 -10), que tengan que ver con el trasfondo de la vida de esa Persona, por ejemplo, si escogió al profeta Daniel, necesitará consultar el trasfondo de su tiempo, el cautiverio babilónico, o si escogió al Apóstol Pablo tendrá que revisar sus viajes misioneros y la época de la primitiva Iglesia cristiana.
3.- Escriba sus primeras impresiones acerca de la Persona basándose en la lectura de todas las referencias que tiene en su lista.
4.- Haga un bosquejo cronológico de la vida de la Persona, para lo cual lea otra vez todas las referencias y observe como los distintos eventos en la vida de la Persona se relacionan entre sí, ordénelas por etapas, años, acontecimientos o cambios en la vida y en la Persona en cuestión, por ejemplo, un bosquejo cronológico en la vida de Moisés es:
40 años en la corte del Faraón, donde aprendió a ser alguien.
40 años en el desierto de Madián, donde aprendió a no ser nadie.
40 años en el desierto, donde aprendió que Dios es alguien.
5.- Conozca algo del interior de la persona, relea las referencias y obtenga posibles respuestas a preguntas que usted le puede hacer al personaje, por ejemplo, si escogió a Pablo, las posibles preguntas pueden ser ¿Por qué fue escogido como Apóstol de los gentiles? ¿Cuál fue su respuesta a las falsas acusaciones de los judaizantes? ¿Tiene su vida algún paralelismo con la de Jesús? ¿Cuál fue su actitud respecto de sus verdugos? ¿Cuáles fueron los resultados de su vida misionera y muerte?
6.- Identifique algunas cualidades, positivas y negativas del carácter de la persona y dé un versículo de referencia que lo demuestre.
7.- Muestre cómo otros pasajes bíblicos o verdades bíblicas se ilustran en la vida de la Persona, encuentre referencias bíblicas que muestren como se cumple lo que la Biblia dice de esta Persona
8.- Resuma la lección en un breve párrafo, una palabra o símbolo que describa la vida de esta Persona.
9.- Escriba aplicaciones para su vida personal, para ello puede reflexionar con las siguientes preguntas:
¿Vi algo de mí mismo en la vida, juicios y actitudes de esta Persona?
¿Me mostró alguna de mis debilidades y lo qué puedo hacer para superarlas?
¿Me reveló alguna de mis fortalezas y la manera de desarrollarlas y dar fruto?
¿Qué fue lo que más me impresionó de la vida y obra de esta Persona?
3.4.- Enfoque de la Lectio Divina (cf. VD 86 – 87).
El Papa Benedicto XVI en la Verbum Domini dedica los numerales 86 – 87 a la Lectio Divina que define como un espacio privilegiado para el encuentro con el Señor Jesús y como un método para la lectura orante de la Biblia que consiste en cuatro momentos o peldaños fundamentales. Veamos:
Pasos sencillos para desarrollar una espiritualidad bíblica desde este enfoque:
1.- Se comienza con la lectura del texto bíblico, que suscita la cuestión sobre el conocimiento de su contenido auténtico: ¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo? La lectura debe hacerse pausada y usted puede auxiliarse de algún Comentario Bíblico para profundizar su mensaje.
2.- Enseguida, la Meditación en la que la cuestión es ¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros? Debe dejarse interpelar y examinar por la Palabra en el presente ya que la meditación es el momento en que el Señor me habla a mí personalmente o a nosotros grupalmente porque al no ser una palabra del pasado, el texto se actualiza en nuestro propio contexto de vida.
3.- La Oración es el momento de entrar en diálogo con el Señor, la cuestión que sirve para intimar con el Señor es ¿Qué decimos nosotros al Señor como respuesta a su Palabra? La oración puede ser de alabanza, súplica, agradecimiento, intercesión, etc., es el primer modo con el que la Palabra nos cambia. No se trata de orar con lo primero que venga a la mente sino en base a la Palabra meditada, es decir, de lo que me dijo Dios, ahora que le respondo yo.
4.- Por último, la Lectio Divina concluye con la Contemplación en la que aceptamos como don de Dios su propia mirada al juzgar nuestra realidad mediante la cuestión: ¿A Qué conversión de la mente o manera de pensar, del corazón o de nuestro sentir y del actuar o comportamiento nos invita o mueve la Palabra escuchada, meditada, orada y contemplada? La contemplación es el segundo modo como la Palabra, nos transforma.
5.- La contemplación de la Palabra nos compromete a la acción personal y familiar. Hagamos un serio y honesto discernimiento de nuestra realidad en tiempo de pandemia con las siguientes cuestiones: Si la Sagrada Escritura tiene un designio de salvación ¿Qué podemos hacer los creyentes por la salvación del Hombre ante la pandemia y sus consecuencias? ¿Cómo despertar la conciencia humana por el Dios que nos habla para salvarnos y sensibilizarnos por el amor que Dios tiene por cada una de sus creaturas? ¿Cómo aprender a orar con la Biblia en casa?
IV.- ◙ Punto de llegada:
ante los tiempos de pandemia podemos cimentar nuestra espiritualidad en la fe bíblica, la convicción del corazón y entendimiento de la razón de que no estamos solos, la Palabra del Dios de la Vida está con nosotros es la Palabra que viene de Dios y habla de Dios para salvar al mundo.
Como anotamos en el punto de partida, este subsidio pretende ayudarnos a cómo encontrar en las Sagradas Escrituras fortalezas para enfrentar la pandemia y sus consecuencias, por ello, la propuesta de este subsidio es dedicar tiempo necesario al desarrollo de nuestra espiritualidad bíblica aplicándonos a realizar, individualmente o en familia, cualquiera de los enfoques metodológicos anteriormente expuestos.
Cómo María, que medita la Palabra escrita de Dios y la confronta con los acontecimientos, así el cristiano se halla llamado a hacer una lectura sapiencial de la propia vida y de la historia humana, implorando al Espíritu Santo el don de interpretar la Sagrada Escritura y colaborar en su proyecto salvífico, (VD 85). Oremos con María Nuestra Madre:
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE EN TIEMPOS DE PANDEMIA:
Santísima Virgen María de Guadalupe madre del verdadero Dios por quien se vive.
En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos pequeños y frágiles ante la enfermedad y el dolor, elevamos nuestra oración y nos consagramos ti.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad.
Acudimos a tu Inmaculado Corazón imploramos tu intersección, alcánzanos de tu hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría; en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre de América Latina y el Caribe, estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos, se fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; se caricia maternal que conforta a los enfermos; se compañía de los profesionales de la salud que los cuidan; y para todos nosotros, madre, se presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.