Equilibrio entre fe y práctica Lc 10, 38-42

Equilibrio entre fe y práctica Lc 10, 38-42

Equilibrio entre fe y práctica Lc 10, 38-42

Comentario al evangelio.


Una semana más a transcurrido, la asamblea eucarística nos convoca a reunirnos como hermanos alrededor de nuestro Señor Jesús. Él a través de su palabra hoy nos mostrará el sano equilibrio entre creer y practicar la fe, una parábola muy ejemplar para invitarnos a vivir lo que creemos y siempre seguir el mejor camino tras Jesús, alimentados con su cuerpo y sangre nuestros pasos son firmes. Para el comentario se cita todo el texto y posteriormente se hará el comentario más pertinente:

EN aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Vamos a desarrollar este texto en tres partes: (1) el alimento y la vida espiritual; (2) Trabajo y servicios (3) el equilibrio sano del cristiano:

Introducción:

Es un texto maravilloso, en él se relata la acción de dos mujeres a la llegada de Jesús, Jesús a través de ellas nos hace que visualicemos que la vida de un creyente en él, debe de ser muy concreta para que haya un equilibrio y crecimiento sano, el inclinarse hacía uno de los papeles que nos muestra Jesús puede llegar a futuro a perderse y salirse de la realidad o en dado caso, a convertirse en activista simplemente.

1.- El alimento y la vida espiritual.

El ser humano en su naturaleza perfecta, necesita de alimento para sobrevivir, tiene que comer. Muchos hombres y mujeres cuidan lo que se ingiere, lo que se bebe ya que esto evitará que el cuerpo tenga problemas con alimento que aunque es alimento, no es el más recomendable por su contenido alimenticio, excesos de ciertas propiedades de los alimentos puede que el cuerpo lo acumule y le sea más difícil de digerir, causando algún transtorno al cuerpo.

Hay un alimento que no es físico, es alimento porque nutre el alma, ese alimento es el espiritual y que se convierte en un alimento más importante que el físico, el alma al ser nutrida con el alimento espiritual le da beneficios enormes al cuerpo como lo es: paz, dominio de sí mismo, pensamientos positivos, alegría, concordia, armonía, plena conciencia, etc., todo hombre no debe de dejar de ingerir el alimento espiritual, ya que sín él, el cuerpo tomaría el mando de su vida, se desconectaría de Dios y perdería el contacto con los seres humanos no del físico sino del interior que nos hace ver más allá de una semblanza física.

El alimento espiritual para los creyentes católicos y cristianos lo da Jesús y María se ha puesto a sus pies para recibirlo, María es más joven que Marta y eso es lo que sucede, se ve tan pequeña la vida espiritual que se mínimaza, se hace a un lado e incluso hasta despreciarle, más lo que nos recomiendan para empezar a comer ese alimento espiritual antes de toda actividad por la mañana, es ponerse en contacto con quien da la vida espiritual, oraciones, palabras de agradecimiento, deseos en peticiones, dejar que el espíritu santo nos haga comer ese alimento, María ya lo hizo: Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

En pocas palabras: la palabra de Jesús, su evangelio y todo lo contenido en la santa escritura alimenta el alma, todo lo que los santos nos han dejado al encontrar el camino es un alimento sustancioso, toda la espiritualidad desarrollada por la tradición de la Iglesia es magnífica, todo el estudio de nuestra madre santísima es alimento puro para el alma y María la hermana de Marta las recibe de Jesús, todo cambia cuando Jesús alimenta al alma y está a su vez transmite vida al cuerpo.

2.- Trabajo y servicio.

La fe o creencia en Jesús, el ser católico no se puede quedar como mera teoría, ¡no!, la vida espiritual se tiene que reflejar en hechos y acciones.

Uno de los dones que Dios nos ha dado que da un beneficio extraordinario es sin duda el trabajo, en el se forja el hombre, se construye una plataforma de riqueza y de bien para la humanidad, trabajar genera vida, bienes, bienestar, salud, desarrollo, crecimiento, trabajar da una satisfacción única e increíble, mediante el trabajo se acrecientan valores como la honestidad, el respeto, la legalidad, la suma de interesés, etc., el no trabajar genera todo lo contrario, esto lo podemos ver al cuantificar todo el lastre de anti-vida que vivimos actualmente en todo el mundo.

El servicio es un aspecto que supera al valor del trabajo, ya que el servicio se realiza en base a generar bien al semejante, servir al hermano representa la causa justa para mostrar el amor de Dios. Existen enormes tipos de servicio al prójimo, unos de ellos son mediante una paga, la atención que se brinda debe de ser cortez, atenta, amable, se podría decir que se paga por ella, más hay otro tipo de servicio, se podría decir altruista, lo manda Jesús el generar bien para los demás, al generar bien, por añadidura hay un beneficio que satisface la vida del hombre y que no está de por medio el dinero, ni mucho menos la ventaja de algún beneficio.

Marta sabe recibir y atender las visitas, hoy en su hogar tienen nada más, ni nada menos que a Jesús: “Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios.”

No se puede tener una vida de servicio espléndida, si no hay alimento espiritual, de lo contrario, al paso del tiempo nos cansaríamos al no ver resultados que alimenten al “EGO”, Marta lo hizo ver: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

En la Iglesia sucede lo mismo, sí ese servicio no se sostiene con una vida espiritual, automáticamente el servicio está destinado a fallar, ya que muchos encontrarán en el servicio un lugar para encumbrarse y satisfacer sus instintos de vanagloria.

3.- El equilibrio sano del cristiano.

Jesús con la frase: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada». Bastaría para que profundizaramos en que orden debemos de accionar para lograr un equilibrio en Jesús. Jesús mediante sus actos nos muestra una inclinación primaria por la vida espiritual, pero a la vez, eso lo motiva a que lo llevemos a práctica como lo hace Marta.

El testimonio vivo de un católico y cristiano parte del gozo espiritual hacía la acción que se derrama desde dentro hacía fuera, contagiando a los demás, el equilibrio esta en que una vez alimentado espiritualmente este se pone en acción para dar beneficio a su prójimo, de ahí, aquella frase de san Pablo: “hay más dicha en dar que en recibir”.

Conclusión.

A través de María y Marta nuestro Señor Jesús nos hace ver en escena el equilibrio del hombre en tre el creer y hacer, aquel versículo dicho a Pedro: “ahora no entiendes lo que hago”, parte de una alimentación espiritual que mantiene consciente al alma, corazón y mente, dando vida al cuerpo que en marcha se dispone al servicio.

Es tiempo que los católicos y cristianos en general seamos coherentes entre lo que creemos y lo que practicamos, esa expresión: “no practico el catolicismo” es una de las expresiones más pobres del creyente, más bien en una dureza: “ya no es creyente”, “ni católico”, ya no tiene la credibilidad del discípulo de Jesús, aunque todos estamos llamados a regresar, esa transformación costará en volverse a encender el fuego.

El discípulo de Jesús gana en Jesús “todo”, lo disfruta desde está vida y lo anhela en la otra, el discípulo asimila la vida espiritual en Jesús para mostrar al mundo como es Jesús, para expresar: “ya nos oy el que vive, sino es Cristo que vive en mí”, se necesita ganar la espiritualidad y la acción, no simple teoría o un simple practicante sin fondo.

Todos absolutamente estamos llamados a ganar el equilibrio entre fe y vida, la dicha de la coherencia es un regalo que el Espíritu santo va desarrollando en el hombre y hoy en la asamblea eucarística todos somos llamdos a vivir ese equilibrio.

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