“ANA HABLABA DEL NIÑO A LOS QUE AGUARDABAN LA LIBERACIÓN DE ISRAEL”.
En aquel tiempo, había una profetisa Ana hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y Maria entraban en el templo para la presentación del niño), se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con El.
PALABRA DEL SEÑOR..- GLORIA A TÍ, SEÑOR, JESÚS.
Se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.