Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales” Meditación VI.  “El juicio”

Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales” Meditación VI. “El juicio”

Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”

Meditación VI.  “El juicio”

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  1. Preparación:

Ponte en la presencia de Dios

Ruégale que te inspire

 

  1. Consideraciones:

Al fin, después del tiempo que Dios ha señalado como duración de este mundo. Y después de una cantidad de horribles señales y prodigios (por los cuales los hombres temblaran de miedo y de espanto) viniendo el fuego como un diluvio, quemara y reducirá en ceniza toda la superficie  de la tierra. Sin dejar nada de las cosas que había sobre ella.

Después de este diluvio de llamas y rayos, todos los hombres resucitarán de la tierra (excepto aquellos que ya han resucitado) y a la voz del arcángel, se juntarán en el valle de Josafat.

Más, ¡ay, y con cuanta diferencia! Porque unos estarán en cuerpos gloriosos y resplandecientes, y otros, en cuerpos mal olientes y horribles.

Considera la majestad con que se mostrara el soberano Juez, rodeado de todos los ángeles y santos. Delante de Él la cruz, mas resplandeciente que el mismo sol: cierta de gracia para los buenos, y de rigor para los malos.

Este soberano Juez (por su justo mandamiento, que será ejecutado a los primeros a su derecha, y a los otros a su izquierda; separación eterna, después de la cual, estos dos bandos, nunca más volverán a juntarse.

Una vez hecha esta separación, y abiertos los libros  de las conciencias, se verá claramente la malicia de los malos, y el menosprecio que han usado para con Dios. Igualmente, se verá la penitencia de los buenos y los efectos de la gracia de Dios que han recibido; y ninguna cosa será escondida.

¡Oh Dios! Que confusión será para unos, y que consuelo para otros!

 

Considera la última sentencia dictada contra los malos:

  • Andad, malditos, al fuego eterno, preparado para el demonio y sus compañeros. Medita la gravedad de etas palabras:

  • Andad, palabra que expresa que es un mote de perpetuo desamparo, el que usa Dios con tales desventurados, desterrándolos para siempre, de su cara.

  • Los llama malditos. ¡Oh alma mía! ¿qué maldición es esta?

Maldición general, que comprende todos los males, maldición irrevocable que comprende todos los tiempos y la eternidad, juntando con todo esto, el fuego eterno.

 

Considera, pues, ¡Oh corazón mío! Esta inmensa eternidad.

 

¡Oh perpetúa eternidad de penas, y cuan espantosa eres!

 

Considera, en cambio, la sentencia opuesta, dirigida a los buenos: Venid, benditos de mi padre, poseed el reino que os está preparado desde la constitución del mundo.

-venid –dice el Juez- esta es Palabra agradable y de salud, por la que Dios nos atrae a si y nos recibe en el seno de su bondad.

        -Benditos de mi Padre. ¡Oh amada bendición, que comprende toda bendición!

        – Poseed el reino que os ha sido preparado desde la constitución del mundo, ¡Oh Dios, y qué gracia! Porque este reino jamás tendrá fin.

  1. Afectos y compromisos:

Tiembla ¡Alma mía! Con estas consideraciones cual las columnas del cielo temblaran de espanto.

Detesta y abomina tus pecados, pues ellos solos pueden hacer que te pierdas en este espantoso día.

Quiero juzgarme a mí mismo, a fin de no ser juzgado, quiero examinar mi conciencia, condenarme, acusarme y corregirme, a fin de que el soberano Juez no me condene en aquel terrible día. Me confesaré, pues, y recibiré las correcciones necesarias.

  1. Conclusión:

Da gracias Dios, que te dio el medio para asegurar tu salvación en ese día, y tiempo para hacer penitencia; ofrécele tu corazón para hacerla mejor; ruégale que te de la gracia para cumplirla bien.

Padre nuestro… Ave María…

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