Modestia al Vestir “Modas”

Modestia al Vestir “Modas”

Modestia

El fin primario del vestido es guardar la modestia.

 

Cuando nuestros primeros padres tuvieron la inmensa desgracia de perder la hermosa vestidura de la inocencia original, llenos de vergüenza y confusión. Trataron de cubrirse con hojas de higuera.

 

Dios se compadeció de ellos; les hizo unas túnicas de pieles y los vistió. En todos los países civilizados el vestido se considera como uno de los elementos de primera necesidad. Génesis 3,21

 

Ahora bien, si el fin primario del vestido es la modestia, la consecuencia lógica es que lo primero que se debe tener en cuenta en el uso de los vestidos es la modestia; y todo lo que es contrario a la modestia debe ser rechazado, aunque sea de moda.

 

La virtud de la  modestia  hace al que la guarda agradable a Dios y también a los hombres de recto criterio.

 

Cuando la moda no tiene a nada que sea contrario a la moral, no hay inconveniente en seguirla.  Pero, muchas veces las modas son ridículas, antihigiénicas e inmorales. Toda persona seria debe detestar estas modas.

 

Según afirman médicos, las modas son causa de muchas enfermedades, además de ser algunas  antihigiénicas, son contrarias a la verdadera belleza; puesto que en vez de aumentar la hermosura natural del cuerpo, la destruyen con enfermedades y vejez prematura.

 

Modas inmorales

Por modas inmorales entendemos aquellas especialmente que tienden a despertar las bajas pasiones de los espectadores.

 

Una mujer inmodestamente vestida, es un poderoso auxiliar que tiene el demonio para conseguir la perdición de las almas.

 

El escándalo es un pecado horrendo. Nuestro Señor Jesucristo dijo: “¡Ay de aquel por quien viene el escándalo! Mejor le fuera que le colgasen a su cuello una piedra de molino y le hundan en lo profundo del mar.”

 

Imita a la Santísima Virgen, que es el modelo más perfecto de toda mujer, sea cual fuere su estado.

 

Sed modestas en todas partes, especialmente en el Templo, que es la casa de Dios. No hagan caso del que dirán, si no se sigue la moda; es mejor pensar en lo que dirá Dios, que infaliblemente es quien juzgara.

 

Recuerda siempre que la verdadera hermosura la constituye la virtud, la cual dará la felicidad en el tiempo y en la eternidad.

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