Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”
–Retrato de la vida devota-
Contempla la escala de Jacob, porque esta es el verdadero retrato de la vida devota: tuvo un sueño en el que veía una escala que, apoyándose sobre la tierra, tocaba con su extremo en los cielos, y que por ella subían y bajaban los ángeles de Dios…
Los dos lados, entre, los que se sube y se apoyan los peldaños, representan la oración, que alcanza el amor de Dios y los sacramentos que le confieren.
Los escalones no son otra cosa que los diversos grados de caridad por los que se va de virtud en virtud, bien bajando por la acción al socorro y favor del prójimo, o subiendo por la contemplación en la unión amorosa de Dios.
Mira ahora, te ruego, a los que están sobre la escalera. Verás que son hombres angélicos o ángeles, que tienen cuerpos humanos. No son mozos, pero parecen serlo, porque están llenos de vigor y de agilidad espiritual. Tienen alas para volar y arrojarse a Dios por medio de la santa oración, y también tienen pies para caminar con los hombres por medio de una santa y amigable conversación.
Sus caras son hermosas y alegres, porque reciben todas las cosas con dulzura y suavidad. Lo restante de cuerpo lo tienen cubierto, pero de una vestidura ligera y hermosa, porque usan del mundo y de las cosas de la tierra, con corazón puro y sincero, tomando lo estrictamente necesario a su condición. Tales son las personas devotas.
Dulzura de las dulzuras
Créeme, que la Devoción es la dulzura de las dulzuras y la reina de las virtudes, porque es la perfección de la caridad: