Del 2o libro de Samuel 15,13-14.30;16,5-13.Lunes 1 de Febrero de 2016.
Misa votiva DEL ESPÍRITU SANTO “A”.
“HUYAMOS DE ABSALÓN. DEJEN QUE SEMEÍ ME MALDIGA, PORQUE SE LO HA ORDENADO EL SEÑOR”
En aquellos días,alguien fue a informarle a David: “Los hombres de Israel se pasaron a Absalón”.
David entonces dijo a sus servidores y a los que estaban con él en Jerusalén: “¡Rápido, huyamos, porque en caso contrario no escaparemos de Absalón! Salgamos inmediatamente, porque si nos alcanza, nos derrotará y pasará a cuchillo la ciudad”.
Mientras David subía el cerro de los Olivos, iba llorando, con un velo en la cabeza y caminando descalzo. Todos los que estaban con él llevaban también la cabeza cubierta y subían llorando.
Como el rey David se acercara a Bajurim, salió un hombre de la familia de Saúl que se llamaba Simeí, hijo de Guera. Mientras caminaba, iba lanzando toda clase de maldiciones.
Y tiraba piedras a David y a los servidores del rey, mientras el rey David caminaba rodeado a derecha e izquierda por el pueblo y su guardia.
Simeí lo maldecía: “¡Andate, ándate! No eres más que un sanguinario y un criminal!”
Yavé ha hecho recaer sobre ti la sangre de la familia de Saúl; así como tú le quitaste el trono, así también ahora Yavé se lo da a tu hijo Absalón. Te ha venido la desgracia porque eres un sanguinario”.
Abisaí, hijo de Seruya, dijo al rey: “¿Por qué ese perro despanzurrado maldice al rey mi señor? Déjame pasar el torrente y le corto la cabeza”.
Pero el rey le respondió: “Hijo de Seruya, no te metas en mis asuntos; tal vez me maldice porque Yavé le dijo: ¡Maldice a David! ¿y quién tendrá derecho a preguntarle por qué lo hace?”
David dijo entonces a Abisaí y a sus servidores: “Si mi hijo, el que salió de mí, quiere atentar contra mi vida, con cuánta mayor razón ese hombre de Benjamín. Déjenlo que maldiga si Yavé se lo dijo.
A lo mejor Yavé toma en cuenta esta mi pena para devolverme la felicidad después de la maldición de hoy”.
David y sus hombres continuaron su camino mientras Simeí seguía en la misma dirección pero al otro lado de la quebrada; maldecía, tiraba piedras y levantaba polvo.PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
ESPÍRITU SANTO
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por su Espíritu, que habita en nosotros.
Señor Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, saboreemos el bien y gocemos siempre de sus consuelos. Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que contigo vive y reina en unión con el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.