“Llena de Gracia”…en el original griego es kecharitoméne…”amada” por Dios (cf. Lc 1,28)… es un titulo expresado en voz pasiva, pero esta “pasividad” de María, que desde siempre y para siempre es la “amada” por el Señor, implica su libre consentimiento, su respuesta personal y original: al ser amada, al recibir el don de Dios, María es plenamente activa, porque acoge con disponibilidad personal la ola del amor de Dios que se derrama en ella. También en esto ella es discípula perfecta de su Hijo, el cual realiza totalmente su libertad en la obediencia al padre y, precisamente obedeciendo, ejercita su libertad.