VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
El diccionario de la RAE de la Lengua define el término improperio como “Injuria grave de palabra, y especialmente la que se emplea para echar a alguien en cara algo” y en una segunda acepción como“Versículos que se cantan en el oficio del Viernes Santo, durante la adoración de la cruz”. En efecto, las dos cosas son improperios aunque en sentido litúrgico se refiere a reproche o queja, concretamente a las quejas de Jesús contra su pueblo que se cantan durante la Adoración de la Cruz el Viernes Santo.
Los textos actuales proceden del S. IX y se mezclan dos planos: por un lado la queja de Yahvé contra Israel en el Antiguo Testamento y la queja de Jesús crucificado para con su pueblo, en el Nuevo Testamento.
El Viernes Santo es un día alitúrgico, al igual que el Sábado Santo, ya que son los dos únicos días en que no se celebra la Eucaristía. La Liturgia del Viernes Santo tiene tres partes: Liturgia de la Palabra y Oración de los fieles especialmente solemne, la Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión llamada de pre santificados, con las hostias consagradas el día anterior. El rito de la Adoración de la Cruz comienza con la procesión para llevarla, cubierta con un velo, al altar. Allí se descubre en tres fases, acabando cada acto con la frase “Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo” respondiendo todos: “Venid a adorarlo”.
El Misal propone dos formas para este rito. A continuación el sacerdote, ministros y pueblo se acercan a adorar a la Cruz, haciendo genuflexión u otro signo de veneración. Si el pueblo es muy numeroso se puede sustituir la adoración individual por una colectiva.
En este momento de adoración es cuando se entonan:
LOS IMPROPERIOS: quejas amorosas y suaves con las que Jesús reprocha a su pueblo su ingratitud.
“¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme Yo te saqué de Egipto; Tú preparaste un cruz para tu Salvador… En definitiva, Jesús relata lo que ha hecho por su pueblo: lo sacó de Egipto, lo condujo a través del desierto, lo alimentó con el maná, hizo por él toda clase de portentos; en recompensa por todos esos favores, el pueblo lo trata con desprecio. La antítesis: “Yo te saqué de Egipto, tú preparaste una cruz para tu Salvador”, es usada para dar efecto a toda la composición. Entre un improperio y otro tenemos el patético estribillo: “¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme”, y el trisagio: “¡Santo es Dios, santo y fuerte! Santo inmortal, ten piedad de nosotros”. Cristo nos reprocha a todos, no sólo a los que lo crucificaron; pero lo hace de forma tan suave, que suscita nuestra compasión más que nuestro sentimiento de culpabilidad. Lo que se cuestiona es nuestra ingratitud y dureza de corazón. La única respuesta a esas preguntas y reproches es el beso silencioso a los pies del Señor crucificado. El Misal Romano contiene completos los improperios, versos de una belleza incalculable y que el fiel que los lea enseguida entenderá porque se llaman improperios. Se rematan con Hágios o Theós (Santo es Dios).
IMPROPERIOS I
¡Pueblo mío! ¿Qué te hice? ¡O en qué te he contristado? Respóndeme.
R: Santo Dios.
Santo Fuerte.
Santo Inmortal, ten Misericordia de Nosotros
¡Porque te saqué de la tierra de Egipto, preparaste una Cruz a tu Salvador!
R: Santo Dios.
Santo Fuerte.
Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros.
Porque te llevé de cuarenta años por el desierto, te alimenté con el maná, y te entré en una tierra muy buena, preparaste una cruz a tu Salvador.
R: Santo Dios…
¿Qué más debí hacer por ti que no hiciese? Yo te planté como viña mía preciosísima: ¡y tú me has salido tan amarga! pues en mi sed me diste a beber vinagre, y ¡con lanza abriste el costado de tu Salvador!
R: Santo Dios…
Yo por ti descargué mi azote sobre Egipto y sus primogénitos; y ¡tú después de azotado me entregaste!
R: Santo Dios…
LOS IMPOPERIOS II
Yo te saqué de Egipto, sumiendo a Faraón en el mar Rojo; y ¡tú me entregaste a los Príncipes de los Sacerdotes!
Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL ,TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
Yo te abrí paso en el mar; y ¡tú con una lanza abriste mi costado! Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS,SANTO,FUERTE,SANTO,INMORTAL, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.
V. Yo te serví de guía en una columna de nube; y ¡tú me llevaste al pretorio de Pilatos!
Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS………
R: SANTO DIOS, SANTO FUERTE………….
Yo te di a beber una agua saludable, que saqué de una piedra; y ¡tú me diste a beber hiel y vinagre!
Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
SANTO DIOS……….
Yo por ti herí a los reyes de los Cananeos; y ¡tú con una caña heriste mi cabeza!. Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.
Yo te di un cetro real, y ¡tú pusiste en mi cabeza una corona de espinas!
Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS, SANTO FUERTE……
Yo te exalté con un gran poder; y ¡tú me levantaste en el patíbulo de la Cruz!
Pueblo mío, ¿Qué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
R: SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.
Evangelizafuerte/ guía J.Luengo M