Los retos del buen pastor del siglo XXI, Juan (10,11-18).

Los retos del buen pastor del siglo XXI, Juan (10,11-18).

Los retos del buen pastor del siglo XXI, Juan (10,11-18).


pastor
Durante 40 días, Jesús se presentó a los suyos, garantizando su resurrección y enseñó una doctrina profunda sobre el misterio de la fundación de su iglesia; este cuarto domingo de pascua, la iglesia lo dedica a la figura bíblica del buen pastor, se visualiza una figura que la iglesia adopta en base a la exigencias mismas de Jesús: “apacienta a mis ovejas”, el buen pastor, se enclava en la figura del sacerdote, brilla en sus “asambleas eucarísticas”, en sus ritos, ceremonias, celebraciones, enseñanza, pero su preocupación básica es cuidar la salvación de las almas de sus fieles (ovejas). Para el comentario de este pasaje lo citamos todo en su texto y posteriormente haremos los comentarios más ideales:

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

Jesús en este pasaje utiliza figuras alegóricas de la vida de Israel: “pastor”, “ovejas”, “lobos”, ante la vida rural, parece que al hombre urbano del siglo XXI no se le puede aplicar este relato y sin embargo es lógico que encaja perfectamente bien en nuestra mentalidad citadina.

Jesús inmediatamente hace distinción de dos tipos de pastores: “el bueno” y “el malo”, él se antepone como el bueno y para argumentar tal situación dice: “Yo doy la vida por mis ovejas”, al malo lo expone como aquel que en cuanto ve peligro y que puede jugarse el físico huye y abandona las ovejas; pero también expone a dos tipos de ovejas: “las suyas y las que son de otro redil”, las suyas son las que escuchan su voz, lo siguen, lo reconocen y las otras son aquellas a quién de una manera distinta va a llamar; por otro lado también platea los derechos sobre el rebaño, es decir sobre las ovejas, Jesús plantea que él es el dueño del rebaño, ya que hay pastores que reciben un salario por dicho trabajo de cuidar las ovejas, sin embargo no son dueños, por tal motivo eso no significa que a ese rebaño le tengan amor, su trabajo solo le exige que las cuiden, se alimenten pero el que se tenga que hacer algo extraordinario en casos de exigencia es una decisión propia de hacerlo o no hacerlo, para Jesús el salmo 23 (22) es el que da los requisitos para adjudicarse lo de buen pastor, con un buen pastor a la oveja nada le falta, la va a conducir a aguas cristalinas, a yerba fresca, verde, cuando hay lugares que causen miedo, él les da confianza, las regresa a casa, sí hubiese alguna herida la cura, sí alguna se perdiera arriesgará todo por esa oveja.

El lobo hambriento.

Los santos Padres de la iglesia, llegaron a concluir que los lobos rapaces pudieron ser los fariseos, el diablo o todo aquel que en lugar de la vida buscaba la muerte de la oveja, la división aludiendo a aquel dicho popular: “divide y venceras” o el que busca crear turbación y dispersar a las ovejas.

El lobo como el mundo que busca devorar su capacidad del hombre individua, colectiva, que no pueda pensar, que no pueda hacer, ni mucho menos, de guardar en la memoria la imagen de su pastor, la voz dedicada, forme del pastor. El lobo podría escenificarse todo aquello que busca comerse a la oveja o sacar beneficios.

El gran grito de amor.

La profundidad de este texto radica en la comparación que Jesús hace en el conocimiento del pastor y las ovejas y al compararlo con el Padre, donde los dos se conocen, ese conocimiento del que habla Jesús, permite que se manifieste el más esencial sentimiento: “el amor”, por ello Jesús no teme entregar su vida porque al Padre le agrada el desprendimiento: “Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla.”
El pastor asalariado no está dispuesto a defender con su vida a las ovejas, cuestión que David ponía de ejemplo a Saúl cuando un oso o lobo le arrebataba una de su padre, el luchaba hasta quitársela, además de agradar a su padre Jesse por la confianza depositada en que cuidara las ovejas, las ovejas las sentía como suyas por formar parte del patrimonio familiar.

Por último, lo extraordinario de este pasaje se puede percibir al anunciar que hay una manera de salvar a la gran cantidad de las ovejas del rebaño de su Padre: “dando la vida por ellas”, la manera de cómo lo hará la va revelando a sus discípulos que hasta el mismo Pedro le dice: “A ´ti no te va a pasar eso”, sin embargo por esas ovejas vuelve a insistir Jesús: “Es necesario padecer y sufrir mucho”, a la vez proclama a través de la imagen del buen pastor la forma como apartará las ovejas de los cabritos (derecha e izquierda).

Los grandes retos del buen pastor:

Varios retos del buen pastor para las ovejas del siglo XXI, las cuales tienen una gran cantidad de alternativas que les ofrecen el mundo, unas aceptan, otras se sienten insatisfechas y otras quieren ser fieles a la voz de su pastor, la cantidad de voces que hay en el ambiente todavía no las confunden.

(1) El reto que actualmente tiene el buen pastor en Jesús, es dejar en sus discípulos bien claro su papel que desempeñarán en la iglesia y estará movido por el amor: “en esto conocerán que son mis discípulos”, ¿qué tan atractivo es Jesús para el mundo?, ¿para las ovejas de otro rebaño?, los discípulos son los primeros que lo escuchan, pero sí afinamos esto será: ¿qué tanto es claridoso Jesús para que las ovejas de la iglesia católica, lo reconozcan, le sigan y se dejen guiar?; para ello depende mucho, como el discípulo testigo demuestra que Jesús es su pastor y principalmente sí forma parte de un servicio, apostolado, ministerio, puntos estratégicos de atracción y puntos donde muchos salen dañados por ese falta de cuidado al ver el anti testimonio o el protagonismo de ovejas que broncas como cabritos golpean a las ovejas mansas.

(2) La figura del sacerdote es indispensable en este reto, le ha dejado a su cargo el cuidado de un grupo de hombres y en el sacerdote los hombres queremos ver a Jesús, quizá por ello muchos hombres pueden llegar a desilusionarse del sacerdocio como en un gran tiempo de la vida bíblica de Israel le sucedió; sí Jesús confió su ministerio a los sacerdotes lo mínimo es que se asemeje ese sacerdote a Jesús, por otro lado el sacerdote tiene que concientizar que la dignidad del sacerdocio solo se recuperara con el testimonio de ellos, a los files lo que les queda es hacerles más fácil su tarea con la docilidad.

(3) El reto de las ovejas broncas, recuerdo que muchos judíos después de la segunda guerra mundial dejaron de profesar su fe de manera seria, la excusa era: ¿dónde estaba Dios en el holocausto?, ¿por qué Dios maltrata tanto a sus elegidos?, el santo Job rebatía que él no debía nada, el mismo Dios era su testigo, lo había elogiado: ¿por qué le estaba pasando esa situación?; sin duda ovejas pérdidas son las que serán su dolor de cabeza, ¿cómo el buen pastor puede llegar hasta esos lugares donde andan errantes, de gozadoras de la vida, despreocupadas de un rebaño y de su dueño?

(4) El reto de luchar contra los lobos, leones y osos, el buen pastor en su rebaño, en la iglesia tiene una característica: “la unidad”, como un solo hombre se alimenta de la misma fuente, de los mismos sacramentos, se su misma palabra, su única doctrina, el reto será que ese alimento llegue a todos los rincones de la tierra con la misma prontitud, que se difunda con la misma eficacia en los 5 continentes.

(5) Por último, el rebaño de Dios será de un solo dueño, el buen pastor será el mismo para todos, aun para los que se van agregando al rebaño, el Papa ha sido asignado como vicario de Jesús, seremos guiados por él y los demás ministros los que harán posible que se lleve a cabo serán los colaboradores en la supervisión de esa obra, aun con su espacio, tiempo, entorno, costumbres, cultura. ¿Qué quiere decir esto? Que el papel será más activo para nuestros ministros en toda su jerarquía.

Conclusiones.

Para finalizar este comentario, en nuestra relación con el buen pastor, de manera personal nuestra misma alma bala por la escucha de la voz suave, cálida y firme de ese pastor, entre más se estreche con su palabra, él buen pastor invadirá el oído, la mente, el corazón, el cuerpo, solo falta tener esa experiencia de dejarse guiar, educar, formar; muchos hombres llegamos a creer que esto de la fe es utópico, platónico, ¿sabe usted cuántos hombres no sabemos dejarnos querer por Dios?, habiendo amor no nos acercamos a los brazos de Dios y alejados como ovejas pérdidas, el amor en la iglesia se puede poner en práctica y experimentarlo, no necesita un milagro para decir: ¡Dios está vivo y ama!

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