Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 24. Debéis ser como las vírgenes prudentes.

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 24. Debéis ser como las vírgenes prudentes.

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33
Día 24. Debéis ser como las vírgenes prudentes.

Reina-del-mundo

Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.

 

1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.

Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.

Día 24. Debéis ser como las vírgenes prudentes.

Hijos amados: os llamo nuevamente a una conversión de corazón, a volver vuestros ojos a Dios; la salvación sólo la alcanzaréis en la medida de vuestra entrega al Señor.

 

Legiones de demonios fueron soltados del infierno para seducir a las almas y llevarlas al pecado; estáis en un tiempo crucial de la historia porque a lo bueno se le llama malo y a lo malo, bueno. Los hombres andas desbocados en sus bajas pasiones, corres a una velocidad vertiginosa que las llevará a los abismos del infierno, viaje sin retorno en el que las almas condenadas padecerán terribles tormentos porque la desobediencia a las leyes divinas trae consecuencias nefastas.

 

Haced caso a los anuncios de los verdaderos profetas, atended a mis últimos llamados; ya es hora que toméis muy en serio mis advertencias Marianas; advertencias en las que os muestro signos extraordinarios de mi presencia en medio de vosotros; pero los hombres atacan los fenómenos sobrenaturales emitiendo argumentos y raciocinios humanos, se les dificulta acatar que este final de los tiempos es la era del espíritu Santo y de mis manifestaciones maternales. No quieren comprender que Dios se comunica de varias maneras con sus creaturas, que los Misterios Divinos son insondables e inescrutables.

 

Hijos carísimos: mi misión como María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, es la de enseñaros el camino que os lleva al Cielo, revelaros profecías, que habrán de cumplirse porque el mundo entero será renovado en su plenitud. Profecías anunciadas desde antiguo por boca de los santos profetas; profecías que dejarán de ser especulación porque todo lo que está escrito se cumplirá literalmente así algunos teólogos hagan interpretaciones erróneas de la Palabra, reduciendo el libro del Apocalipsis a un mero juego de palabras y manejo perfecto de figuras literarias.

 

Así es, hijos míos, que María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os prepara para que permanezcáis en vela como las vírgenes prudentes que esperan la llegada de su esposo con las lámparas encendidas y con una buena ración de aceite; vírgenes que temen que se les cierren las puertas y no puedan estar en el convite de las bodas nupciales.

 

Vosotros, soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón porque son muchos los acontecimientos, son duras las pruebas por las que pasará la humanidad; el tiempo de la tribulación y de la justicia ya ha empezado; la purificación del mundo viene en camino por medio de la lluvia de fuego.

 

Vosotros soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón porque son muchos los incrédulos a la segunda venida de Jesús, son muchos los escépticos a mis mensajes, a mis anuncios proféticos; la humanidad ha cerrado sus oídos a mis palabras, han tapado sus ojos a una realidad, han endurecido sus corazones a las manifestaciones del Espíritu santo y cuando llegue el día y la hora señalada por el Cielo, les cogerá desprevenidos, sumidos en el pecado, alejados de Dios.

 

Vosotros, soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón porque Satanás ha declarado victoria al seducir y engañar a muchas almas llevándoselas al infierno. Por eso hijos míos el tiempo ha sido abreviado, los acontecimientos anunciados por los profetas sucederán muy pronto, el gran aviso pondrá en jaque a toda la humanidad.

 

Vosotros, soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón y reparad porque los pecados de los hombres han rebozado la copa, el castigo pronto se dejará ver y sentir; muchas almas perecerán.

 

Vosotros, soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón, dejaos tomad de mis virginales manos porque una fuerte tormenta está por golpear a la Iglesia, muchos de mis hijos se separarán de la verdad, irán tras los halagos efímeros del falso cristo y de la falsa iglesia.

 

Vosotros, soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, mantened prendidas las lámparas de vuestro corazón porque muy pronto los Sacratísimos Corazones triunfarán, muy pronto el adversario será enviado al infierno.

 

Virtud de la fidelidad.

 

La fidelidad es una virtud que adorna el corazón puro, adorna el corazón radiante como la luz del sol.

 

La fidelidad os conlleva a ser genuinos, os conlleva a hablar siempre con la verdad.

 

La fidelidad os da una blancura tal, a vuestro corazón, que se asemeja a un copo de nieve y a la delicadeza del algodón.

 

La fidelidad es una virtud que os ciñe en vuestro corazón una corona de lirios blancos perfumados. Porque la fidelidad es el camino que os lleva al Cielo. Sed fieles a todo lo que Dios os haya regalado y sed fieles a todas las gracias extraordinarias que hayáis recibido de parte del Señor Jesús.

 

La fidelidad es donación total al Amor Misericordioso del Señor.

 

La fidelidad es ruptura total y definitiva con el pecado.

 

La fidelidad es anonadamiento con el cielo, es romper cadenas que subyugan, romper cadenas que esclavizan. Ser fieles así como lo fui Yo.

 

Hijos amados: desde el mismo instante, desde el mismo momento que el Ángel San Gabriel me anunció la encarnación del hijo de Dios: supe conservar mi Fiat, supe mantenerme en mi palabra. No dudé ni un solo momento del Amor Misericordioso de Dios, de su protección Divina y de la filiación que Él había hecho conmigo, humilde esclava del Señor.

 

Los infieles no heredarán el Reino de los Cielos.

 

Los infieles excavan en vida el abismo infernal.

 

Los infieles tiñen de rojo sus vidas, es decir, están marcados con el sello de Satanás para ser presas seguras el día que exhalen sus últimos suspiros acá en la tierra.

 

La infidelidad es un pecado grave.

 

Hijos amados: rechazad a toda costa este horrendo pecado que acarrea sufrimientos indecibles en la eternidad.

 

Hay que ser fieles en el estado al que Dios los haya llamado. Si estáis unidos bajo el Sacramento del Matrimonio, sed fieles a vuestras parejas; si estáis llamados a la vocación sacerdotal o religiosa: sed fieles a la vocación que Dios os llamó. Trabajad con entereza, con ardor esta virtud que adorna a muy pocas almas en la tierra. Vosotros, hijos míos, esforzaos por recorrer caminos angostos, pedregosos; caminos adornados con muchísimas rosas pero también con muchísimas espinas, espinas que os tunan, espinas que os hieren. Pero es que para poder entrar en el Reino de los Cielos debéis ser acrisolados como el oro y la plata.

3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)

 

En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.

En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.

En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.

 

Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.

 

Letanías al inmaculado Corazón de María

V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.

 

V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos:

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

 

5. Oración final.

Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.
Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.

Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.

Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.

Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.

Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.

Madre celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús.

Amén.

 

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