“¡Oremos y trabajemos por la Paz!”
Comunicado de los Obispos de México
Nuestro país está en crisis. Eso nos duele y nos afecta a todos. La inequidad, la injusticia, la corrupción, la impunidad, las complicaciones y la indiferencia nos han sumido en la violencia, el temor y la desesperación. Ante todo, muchísimos mexicanos nos hemos manifestado de distintas manera para demandar justicia y paz. Conscientes de este deseo de participar y sabiendo que todos somos parte de la solución para construir una nación en la que se valore la vida, dignidad y derechos de cada persona, los obispos de México proponemos:
1. Que del 30 de noviembre, primer Domingo de Adviento, al 12 de Diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, nos unamos en un “docenario” (doce días) de oración por la paz, convencidos de que para Dios “nada es imposible” (cfr. Lc 1,37)
2. Que el 12 de Diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, unidos al Papa Francisco, pidamos la intercesión de la Madre de Dios por la conversión de todos los mexicanos, particularmente la de quienes provocan sufrimiento y muerte, y para que todos pongamos lo mejor de nosotros mismos para hacer posible la paz.
3. Que ese mismo día, 12 de Diciembre, conscientes de que la Guadalupana camina con nosotros diciéndonos como a San Juan Diego: “No se turbe tu corazón… ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, nos consagremos a Ella, a nivel personal, familiar o comunitario, ofreciéndola orar a su Hijo Jesús por la paz de manera permanente.
4. Que, con la ayuda divina, nos comprometamos a ser constructores de paz. Esa paz que se funda en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, como enseñaba San Juan XXXIII. ¡Sumémonos a los esfuerzos para atender a las víctimas de la violencia! ¡Participemos en los procesos de justicia, reconciliación y búsqueda de paz!¡Privilegiemos el dialogo constructivo!¡Trabajemos juntos en favor de un autentico Estado de Derecho!¡Formémonos en valores!¡Ayudemos a los más vulnerables!¡Reconstruyamos el tejido social!
Oración por la Paz
Señor, Jesús, tu eres nuestra paz,
Mira nuestra Patria dañada por la violencia y
Dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quien sufre.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias, a nuestros niños,
Adolecentes y jóvenes,
A nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos,
Ciudadanos responsables
Sepamos ser como promotores de Justicia y de Paz
Para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna.
Amén.