Etimológicamente significa: Miguel =”¿quién como Dios?”; Gabriel = “hombre fuerte de Dios” y Rafael = “medicina de Dios”. Vienen de la lengua hebrea.
El primero que aparece es aquél que le ayuda y consuela a Agar mientras estaba en el desierto hasta el último que anuncia la Jerusalén celeste, es decir, desde el primer libro de la Sagrada Escritura hasta el último.
Entre sus inmensas legiones hay tres que destacan por su importancia y su intervención en la historia religiosa: san Miguel, san Gabriel y san Rafael.
Se les llama arcángeles, a quienes por jerarquía superior a los ángeles, según la terminología de san Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses y de Judas.
Miguel es el príncipe de todos ellos. Representa un papel decisivo en la historia de la salvación, sobre todo cuando se enfrenta al diablo y lo deja derrotado, el desierto donde el diablo más común se mueve, ahora Dios toma de icono a Miguel, fiel y sincero..
Gabriel es el mensajero por excelencia, ya que fue a él a quien correspondió el anuncio a la Virgen de que iba a tener un hijo por obra del Espíritu Santo. Si quieres saber más de su intervención, lee a Lucas en el capítulo 1 y siguientes de su Evangelio.
Rafael es el arcángel que tuvo la suerte o la misión de acompañar al joven Tobías y simboliza la figura acogedora de la Providencia de Dios.
Es el arcángel de los novios y casados. Entre el Génesis y el Apocalipsis aparecen continuamente en la vida de los hombres. Normalmente aparecen como <
El gran escritor por excelencia de los ángeles ha sido santo Tomás de Aquino. De ellos dice estas palabras:< <... están tan próximos a nosotros y a nuestra vida...No estamos nunca solos en ningún momento o lugar>>.
Son los patronos de muchas cosas, entre ellas, de las telecomunicaciones.