“DONDE ESTÁ TU TESORO, AHÍ TAMBIÉN ESTÁ TU CORAZÓN”.
No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban.
Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar.
Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos están malos, todo tu cuerpo estará en obscuridad.
Y si la luz que hay en ti ha llegado a ser obscuridad, ¡cómo será de tenebrosa tu parte más obscura!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México