El beato Guido Vagnotelli.
Nació en Cortona (Toscana Italia) y murió ahí en el alo de 11245.
Se cuenta que en las florecíllas de San Francisco en el capítulo 37, cuando San Francisco y algunos compañeros de él llegaron al pueblo pidieron hospitalidad, El señor Guido los recibió con mucha cortesía y hospitalidad que parecía que los estuvieran atendiendo los mismos ángeles, Guido personalmente los lavó y beso sus pies, les sirvió la comida también personalmente, después dijo a ellos: Padre estoy a su pleno servicio, ¿necesitan túnicas?, ¿necesitan vestido o abrigo?, lo que sea con gusto y confianza pídanlo yo lo pagaré.
Francisco conmovido por tanta cortesía y atenciones dijo a sus compañeros: La cortesía es uno de los más grandes atributos de Dios, esa misma cortesía es la que utiliza Dios al hacer salir el sol y brillar, el hacer caer la lluvia sobre buenos y malos, esa virtud es un gran reto a desarrollar y darle plenitud.
Días después regresaron y antes de entrar San Francisco le dijo a su compañero: hay que pedir a Cristo que bendiga lo que vamos hacer, Guido que observaba desde la ventana era testigo de cómo San Francisco oraba, con brazos en forma de cruz y en cierto momento como se elevo de la tierra, Guido era testigo de la más plena manifestación de Cristo y Guido quería vivir esa santidad vivida, se va a una gruta en Celles cerca de Cartona donde vivió 30 años, a un lado de la gruta había una arroyo y solo abandonaba la gruta para ir a predicar la penitencia a los pueblos vecinos hasta que murió.