Viernes de Pascua. Sta. Catalina de Siena. Viernes 29/Abril/2011.
LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES ES AHORA LA PIEDRA ANGULAR. ALELUYA.
Hech. 4; 1 – 12.
1. Estaban hablando al pueblo, cuando se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos, 2. molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en la persona de Jesús la resurrección de los muertos. 3. Les echaron mano y les pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues había caído ya la tarde. 4. Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el número de hombres llegó a unos 5.000. 5. Al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, ancianos y escribas, 6. el Sumo Sacerdote Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y cuantos eran de la estirpe de sumos sacerdotes. 7. Les pusieron en medio y les preguntaban: «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho vosotros eso?» 8. Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, 9. puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por quién ha sido éste curado, 10. sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros. 11. El es la piedra que vosotros, los constructores, habéis despreciado y que se ha convertido en piedra angular. 12. Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.»
Sal. 117.
0. ¡Aleluya! 1. ¡Alabad a Yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos! 2. Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Yahveh dura por siempre.
Jn. 21; 1 – 14.
1. Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. 2. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. 4. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.» 6. El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. 7. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido – pues estaba desnudo – y se lanzó al mar. 8. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. 9. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. 10. Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.» 11. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. 12. Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. 13. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. 14. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.